En la sede del gobierno, en el Palacio Nacional que albergó al dictador Trujillo y al presidente de los 12 años fatídicos de Joaquín Balaguer, que ahora es casa de la democracia, el presidente Luis Abinader condecoró a cinco ciudadanos y una mujer que ofrecieron todas sus fuerzas, su vitalidad y pusieron en riesgo sus vidas para conquistar las libertades de las que hoy disfrutamos, y que sobrevivieron para poder contar la historia de la tragedia de las generaciones a las que pertenecieron.

Los seis fueron “izquierdistas” y comunistas, intentaron movimientos foquistas y guerrilleros, como opción única que entendieron para alcanzar sus propósitos de terminar con la opresión y la tiranía que ahogaba al pueblo dominicano y que impedía el desarrollo de la juventud dominicana.

Ellos mismos fueron jóvenes valientes, con el patriotismo que le motivaba en sus actividades, se organizaron de diversos modos, se congregaron en opciones diferentes, y fueron activistas y protagonistas de actividades en las que sus compañeros menos afortunados perdieron sus vidas.

Luis Abinader ha reconocido, con justicia, a hombres y mujeres que demostraron valentía, desprendimiento, entrega y amor por la libertad y por el progreso del pueblo dominicano. Ofrecieron sus vidas. Muchos las perdieron. Otros fueron reprimidos, torturados, apresados, expulsados del país. Jamás abandonaron sus luchas. En algunos casos moderaron sus ímpetus, cambiaron de partidos, y en vez de apostar al comunismo y el socialismo decidieron apostar a la democracia. Es la democracia que ayudaron a construir que hoy les reconoce sus méritos a través de la entrega de la Orden de Duarte, Sánchez y Mella.

Estamos hablando de Rafael -Fafa- Francisco Taveras Rosario; Fidelio Arturo Despradel Roque; Víctor Manuel -Manolín- Báez González; Rafael Antonio -Cocuyo-Báez Pérez; Ana Josefina Padilla Deschamps y José Rafael Pérez Modesto.

Fafa ha sido un hombre de mil batallas democráticas. Ha sido la voz más expresiva y elocuente por la libertad. Fue comandante de la Revolución de Abril de 1965 contra la intervención militar de los Estados Unidos, y ha sido organizador de múltiples proyectos y organizaciones políticas. Fafa y su familia (jamás olvidaremos a Magaly Pineda, su eterna compañera), sufrieron la represión, el exilio, la tortura y todavía sigue siendo un ejemplo de preocupación y trabajo por la libertad y la democracia dominicana. El presidente Abinader lo definió como “acérrimo defensor de la libertad. Defensor de las mejores causas en la historia política dominicana”. Y tiene toda la razón.

Josefina Padilla, quien por razones de salud no pudo estar presente en el acto, pero fue representada por su hija Lizzy Sánchez, es un ejemplo extraordinario de la fortaleza, la entereza, valentía y audacia de la mujer dominicana. Una mujer vital, sin miedo a la represión que sufrió en carne propia en su familia desde muy joven, que perdió a su esposo en la misma batalla por la libertad, que educó a sus hijos e hijas en la misma brega democrática, fue la primera mujer candidata a vicepresidencia cuando nacía la democracia dominicana. Fue parte del Movimiento de Liberación Nacional, y jamás se ha apartado de las muchas por la Libertad y la dignidad de su pueblo. De ella dijo Luis Abinader que “desde siempre se dedicó a las causas mas nobles y ha sido una destacada académica, política, humanista, defensora de las libertades públicas y la no discriminación.”

De Fidelio Despradel Roque son muchas las historias que se pueden contar. Hijo de un ministro trujillista, que a los 21 años se integró al Movimiento Revolucionario 14 de Junio, que fue comandante en la Revolución de Abril y en la lucha contra el interventor norteamericano, que siempre se integró al movimiento progresista local e internacional, que fue el comandante del frente armado del Ij4. Fidelio escribió su historia personal, con un relato crudo y sincero de su presencia en la lucha revolucionaria. En dos tomos hubo que contar tanta historia de sufrimiento y riesgo por la lucha democrática dominicana. Fidelio nunca ha descansado en la búsqueda de una opción revolucionaria, siempre ha sido firme promotor del proyecto progresista. Luis Abinader dijo de él que ha tenido “una continua búsqueda de alternativas, de fórmulas para mantener viva la gloriosa memoria del país y sus perspectivas de futuro.”.

Rafael Pérez Modesto se integró siendo un niño al movimiento revolucionario, se fue a las Manaclas, con Manolo Tavarez Justo y fue testigo del fusilamiento de sus compañeros. Fue herido y pudo salvador su vida, pero siempre ha dado testimonio de entrega, respeto por los valores democráticos, y también escribió su propia memoria de los actos políticos en que estuvo y has estado.

Cocuyo Báez y Manolín Báez han sido también actores importantes del proceso democrático y progresista. Junto a los demás reconocidos merecen llevar sobre sus pechos la Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella. Hombres y mujeres que en la edad adulta siguen transmitiendo la fuerza y el vigor democrático que necesita la sociedad dominicana. Una justa decisión del presidente Luis Abinader.