Jean Alain Rodríguez decidió que la audiencia de medidas de coerción, que se conocerá el jueves 8 de julio, sea a puertas cerradas. Es decir, que se prohiba la presencia de los medios de comunicación.
Así lo informó su abogado Gustavo Biaggi, quien dijo haber convencido al ex procurador de tal determinación, porque las declaraciones iniciales de Rodríguez fueron que aprovecharía el conocimiento de las medidas de coerción para denunciar asuntos de altísimo interés que el país desconocía.
Jean Alain Rodríguez rectificó de hacer esas revelaciones. Y ahora está estudiante el expediente de 295 páginas que presentó preliminarmente el Ministerio Público para solicitar prisión preventiva de por lo menos un año, y que el caso sea declarado complejo, para presentar un expediente sólido, sin posibilidad de que ningún tribunal varíe las medidas que pudiera disponer la magistrada Kenya Romero, quien conocerá y decidirá las medidas que se aplicarán al primer Procurador General de la República sometido por malversación de fondos públicos. Y todo el mundo conoce la rectitud de la magistrada Romero.
¿Quién tiene la razón, Jean Alain o Gustavo Biaggi?
El ex procurador debió mantener su criterio y apostar a que la audiencia fuera pública. Si un imputado está convencido de sus argumentos, y de sus pruebas, y de la injusticia que se comete en su contra, debe buscar el conocimiento público de sus audiencias, para demostrar que sus acusadores están equivocados.
Esa era la idea de Jean Alain. Lo que a él le conviene es que el caso se conozca por toda la sociedad. Y él sabe que el país sigue las incidencias de su proceso, con grandísimo interés. Deben ser muy poderosos los argumentos de Gustavo Biaggi para hacer cambiar de parecer a Jean Alain Rodríguez.
Admitamos que Biaggi es un abogado prestigioso, bien documentado. Sin embargo, se sabe que él no es un litigante penalista, y este es un caso penal de pie a cabeza. En las historia profesional de Biaggi se destaca su defensa de Vivian Lubrado de Castillo, implicada en el caso Baninter. Se le conocieron medidas de coerción, y fue enviada a prisión, pero el presidente de entonces, Leonel Fernández, le brindó el perdón presidencial. Y pudo haberle pesado, porque la indignación fue colectiva. Podría decirse que Biaggi, más que un estratega y litigante penalista, es un negociador. Y tal vez el de Jean Alain no sea un caso para ser negociado, y que es seguro en este caso no habría perdón presidencial.
Por tanto, Jean Alain y sus abogados, conociendo que este es un caso muy mediático, deberán dar la batalla en los tribunales penales y en los medios de comunicación. Un caso que se pierde en los medios es muy difícil que pueda ser ganado en los tribunales.
De una cosa pueden estar seguros Jean Alain y Biaggi: La atención del país se mantendrá aunque las medidas de coerción se conozcan a puerta cerrada. Ningún medio pudo transmitir lo ocurrido en la primera audiencia el pasado jueves. Se pospuso a petición de los abogados de Jean Alain, para estudiar el expediente. Esta sola petición implicó una semana más de prisión para su cliente. Y si siguen pidiendo más tiempo, serán más días y semanas de prisión para el ex procurador.
La otra cosa: Para demostrar su arraigo y pedir su libertad mientras se investiga el caso, tendrán que demostrar que el imputado no tiene interés en marcharse del país ni destruir pruebas. Y en el caso ya se sabe que ha habido destrucción de pruebas, por un lado, y se sabe que quería irse del país horas antes de los apresamientos del Ministerio Público por la Operación Medusa, de un expediente que ya estaba listo. Obvio, que los abogados de Jean Alain tienen un caso complejo y difícil para conseguir la libertad mientras se investiga y se presenta la acusación formal.
Tal vez Gustavo Biaggi pueda explicar las razones para impedir que se conozcan los argumentos de su defendido por parte de los medios de comunicación. Deben ser muy sólidos y sería de gran interés que se conozcan. De lo contrario estaría buscando un camino para la negociación, algo que no está claro, y que si se da sólo perjudicaría a Danilo Medina. Ya veremos.