La precariedad institucional dominicana no tiene punto de comparación. Tan pronto se supo de las muertes de 11 niños y niñas el fin de semana pasado en el Hospital Infantil Robert Reid Cabral, se dispuso investigar lo que pasaba.
La tarea de investigar corresponde al Ministerio de Salud Pública, como rector del sector salud y administrador de los hospitales públicos. Es su responsabilidad y la Ley General de Salud así lo establece. El ministro de salud lo sabe y dispuso indagar la denuncia. Está claro que el Ministerio de Salud no debía ser un sorprendido en este tema. Las estadísticas que lleva el Hospital han debido estar en manos de varios departamentos del Ministerio de Salud Público. Por lo menos la dirección de Hospitales debía tener el dato claro de que cada año mueren por descuido, irresponsabilidad, falta de equipos, mal manejo de parte del personal de salud, inadecuado tratamiento de los familiares, entre otras razones, por lo menos 800 menores en el Hospital Infantil Robert Reid Cabral.
El ministro de Salud debe saberlo, y debe aplicar medidas para evitar que esas tragedias se repitan. Pero se repiten todos los días, de acuerdo con el doctor Waldo Ariel Suero, ex presidente del Colegio Médico Dominicano, y en el Robert Reid mueren cada día por lo menos 5 niños y niñas por razones diversas.
Pues bien, la cuestión es que resulta tan precaria la planificación, la institucionalidad y la coherencia del Estado Dominicano, que ahora, en vez de una comisión para investigar lo que ocurre en el Hospital Infantil Robert Reid Cabral, hay tres comisiones.
Una comisión fue creada por el Ministerio Público, y en particular por la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, quien designó a los magistrados procuradores fiscales Dante Castillo, quien la encabeza, junto a las magistradas Rita Durán y Daysi García. Ya fueron al Hospital y se reunieron con la directora Rosa Nieves Paulino, para determinar la responsabilidad penal, si existiera.
La otra comisión la designó el ministro de Salud Pública, Freddy Hidalgo. Lo anunció en una rueda de prensa este mismo lunes, al mismo tiempo que ya los fiscales de la comisión designada por Yeni Berenice estaban en el centro de salud. Integran esta comisión el viceministro de Atención a las Personas y pediatra, doctor Nelson Rodríguez Monegro, quien la encabeza; la viceministra administrativa, doctora Mercedes Rodríguez; el director de Servicios Metropolitano de Salud, doctor Enriquillo Matos; y el encargado de seguridad del Ministerio, coronel Francisco Alcántara.
El presidente de la República Danilo Medina, indignado y en shock por la información, dispuso la creación de una tercera comisión, para indagar soluciones inmediatas y determinar responsabilidades.
Conociéndonos como sociedad, y sabiendo que el presidente de la República debía pedir responsabilidades al Ministerio de Salud en vez de crear una comisión, sabemos ya de antemanos que las comisiones de Salud Pública y las de los fiscales serán arropadas y quedarán inutilizadas, probablemente convirtiéndose en simples informantes, de la comisión designada por el presidente de la República.
El presidente excluyó de su comisión al Ministro de Salud, porque es parte interesada, de acuerdo con la explicación de Roberto Rodríguez Marchena, quien habló en nombre del presidente de la República.
Los miembros de la comisión presidencial son el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito; el jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel Castro Castillo; el jefe del Departamento Nacional de Investigaciones, Sigfrido Pared Pérez y la directora del Senasa, Altagracia Guzmán Marcelino.
El desorden no puede ser mayor, y es una lástima que este grave problema exista desde hace años y ahora es cuando en vez de una, en menos de 48 horas, se crean tres comisiones oficiales para investigar algo que todos debían saber.
Una pena. Una verguenza. Un desorden. Una realidad que coloca al desnudo el estado crítico del aparato burocrático oficial, en especial del Ministerio de Salud Pública.