Los fabricantes de ron dominicano, cerveza y cigarrillos han denunciado, frecuentemente, que las falsificaciones y las importaciones ilegales de productos han lesionado sensiblemente sus operaciones en la República Dominicana.
El caso más grave corresponde a los cigarrillos, que con las importaciones ilegales y las falsificaciones, ya tiene aproximadamente un 20 por ciento del mercado nacional. Las autoridades han intentado poner término a estos actos desleales de comercio, por un lado, y actos criminales porque evaden el pago de los impuestos y colocan al mercado local, legítimamente establecido en condiciones de precariedad.
La práctica, sin embargo, sigue extendiéndose, y ahora, además de los productos señalados, hay otros que comienzan a hacerse notar.
Por ejemplo zapatos y ropa deportiva, de reconocidas marcas, con representación local, están siendo afectadas por el mercado de las falsificaciones y por las importaciones ilegales. Es el mismo esquema que se aplica al cigarrillo, el ron, a la cerveza y a los medicamentos, por ejemplo.
Hemos recibido el dato que desde marzo hasta agosto, las autoridades han podido incautar más de 11 mil calzados de marca reconocida, entre ellas 4 mil pares de tenis, más de 3 mil unidades de ropa y hasta 3,500 relojes.
Alguien podría afirmar que es normal que así ocurra, y que se trata del eterno conflicto con los contrabandistas y falsificadores. Pero no lo es, por una sola razón: las autoridades conocen las respectivas direcciones en el país que reciben los diversos tipos de mercancías ilegales y pudieran, perfectamente, actuar para que esas personas paguen por sus delitos.
En primer lugar están burlando a los consumidores con productos falsificados. En segundo lugar están burlando al fisco, porque no están pagando los impuestos correspondientes. En tercer lugar se trata de una práctica de comercio desigual que induce a la quiebra a las empresas establecidas, que pagan los impuestos y que ofrecen empleos y trabajan con un margen de ganancia para mantener operaciones abiertas.
Sería lamentable que las autoridades no actúen para detener esta ilegalidad, conociendo donde se encuentran los autores de este crimen. Y una señal de la desconfianza en la actuación del gobierno es que los comerciantes afectados están organizando acciones propias para detener la ilegalidad con sus medios, en caso de que la Dirección General de Aduanas y el Ministerio Público no actúen como corresponde.
En este momento el comercio inicia las actividades de reposición de inventario, tomando en cuenta la cercanía de las actividades navideñas, y hay que pensarlo bien antes de asumir compromisos en dólares, teniendo un comercio ilegal con productos falsificados que compiten con los productos originales, y las importaciones ilegales evadiendo el pago de los impuestos. Aparte del riesgo cambiario que se asume, en una situación de incertidumbre con la tasa de cambio.
El gobierno está comprometido a poner el esfuerzo máximo en garantizar un comercio lícito y justo, para que con los suplidores de los productos mencionados tengan la seguridad de una competencia legal, en igualdad de condiciones, y no un caso que desestabilice el mercado, como ha ocurrido con el ron y el cigarrillo producidos en el país.