El terrorismo sigue demostrando su fuerza y capacidad de sorpresa en los lugares más insospechados. Recientemente han ocurrido actos terroristas en Charlottesville (Virginia), Estados Unidos, en Kabul, Afganistán, y en Barcelona, España.
Grupos racistas, neonazis y de la derecha más radical se manifestaron el pasado fin de Semana en Estados Unidos, reclamando la supremacía blanca y reivindicando a Adolfo Hitler, y uno de estos grupos segregacionistas tomó un vehículo y lo dirigió contra una multitud que rechazaba su manifestación. Una joven murió, dos policías murieron al caer de un helicóptero que se accidentó y que vigilaba la actividad, y alrededor de 20 personas resultaron heridas.
Las consecuencias de esa actividad seguirá presente en la conciencia colectiva mundial, y son muchos los líderes que se han indignado por una manifestación con esta en los Estados Unidos, y por las coincidencias de ideas entre algunos de los racistas y segregacionistas y el presidente de ese país, Donald Trump, quien dijo que entre esos grupos hay gentes buenas.
El pasado 24 de julio 35 personas murieron y otras 40 resultaron heridas por un acto terrorista en Kabul, la capital de Afganistán, vía la explosión de un coche bomba que incluyó el suicidio del terrorista que provocó la explosión. El vehículo con los explosivos fue lanzado sobre un autobús que transportaba empleados del Ministerio de Minas. En esta zona del mundo esos actos terroristas no tienen tanta repercusión como los que son más cercanos.
Por ejemplo, el acto terrorista de este jueves en Las Ramblas de Barcelona, y que afectó principalmente a turistas que transitaban por la vía. Barcelona es una ciudad que recibe una gran cantidad de turistas todos los días. La zona céntrica del turismo está alrededor de Las Ramblas. En 2016 Barcelona recibió 30 millones de turistas. Las cifras oficiales de muertos por el acto terrorista de este jueves es de 13 personas, hasta el momento, y otras 100 personas heridas. Entre los muertos y heridos por este descomunal acto de terror hay extranjeros y españoles, pero hay niños, ancianos, jóvenes, hombres y mujeres que ignoran o desconocen qué es lo que desean los terroristas que les agredieron. Es la sinrazón en acción.
El grupo terrorista Estado Islámico reivindicó como suya la responsabilidad por este atento, que también afectó a agentes policiales que fueron embestidos en otra área de Barcelona por parte de la misma célula terrorista.
Francia, en los últimos dos años, también ha sido directamente atacada por grupos terroristas. Los atentados más cruentos fueron en París el 13 de noviembre del 2015, y en los cuales murieron 137 personas y otras 415 resultaron heridas. Aquellos atentados de París, que incluyeron ataques a discotecas y restaurantes, y tomas de rehenes, fueron reivindicados por el Estado Islámico.
Londres, la capital de Reino Unido, también ha sido víctima de atentados terroristas, como lo han sido otras ciudades europeas, como Bruselas, Bélgica, que el 23 de marzo del 2016 sufrió ataques en un aeropuerto, que costaron la vida a por lo menos 35 personas y heridas a otras 340 personas.
Todos los atentados han sido reivindicados por el Estado Islámico. Una forma de destruir la confianza en una ciudad o en un país es atacar su seguridad, generar miedo, y que las personas se abstengan de salir a las calles o de visitar la ciudad como una recreación. ¿Qué anima al Estado Islámico y a los grupos terroristas? El odio, la sed de venganza, la irracionalidad, la falta de confianza en el ser humano y el desprecio a la vida. No importa quién o quiénes mueran, lo importante es matar.
Es la mayor de las aberraciones. Es doloroso y lamentable compartir la condición humana con terroristas que desprecian la vida, que llegan al extremo de despreciar su propia vida, para esparcir el odio por el mundo, como forma de hacer frente a las diferencias políticas, culturales, religiosas o étnicas.
Solo hay que imaginar el dolor de las familias afectadas por la muerte de uno de sus miembros, o de varios, en un paseo por una ciudad histórica y hermosa, como Barcelona. Es un acto de terror inadmisible, como lo es cualquier acto de odio y de racismo, donde quiera que ocurra. Solidaridad con Barcelona y toda Catalunya, y solidaridad con España por este lamentable suceso terrorista en una de sus ciudades emblemáticas.