Hospira es una empresa de zona franca que ha operado durante 26 años en el Parque Industrial de Itabo, en San Cristóbal. Es una prestigiosa empresa vinculada a Pfizer, y es líder de tecnologías de infusión. Su sede está en Illinois, Estados Unidos, pero tiene operaciones en casi todo el mundo.
La presencia de Hospira en la República Dominicana aportaba prestigio al país, y la muestra de sus productos en las exposiciones internacionales de zonas francas representaba una fortaleza y garantía para que otras industrias de alta tecnología decidieran establecerse en nuestros parques de zona franca.
José Manuel Torres, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Dominicana de Zonas Francas (Adozona) confirmó el cierre de operaciones de Hospíra en la República Dominicana. Se pierden 700 empleos directos por la decisión, pero con la suspensión de las ampliaciones que se habían previstos se dejarían de generar 4,000 empleos adicionales.
La farmacéutica Pfizer analizó y prefirió mudar Hospira de la República Dominicana hacia Costa Rica, porque el país centroamericano le ofreció mayores garantías de su inversión, iguales o mejores exenciones impositivas, mayor estabilidad y respeto jurídico, y le convenció de que mudarse era más rentable que mantenerse en nuestro país.
Una industria de estas características no se muda de la noche a la mañana. Es una industria en la que convergen muchos intereses. Han debido ocurrir muchas cosas para que los ejecutivos de Hospira prefirieran la mudanza a Costa Rica. ¿Cuáles fueron nuestros errores? ¿Había temores de que se eliminaran las exenciones impositivas que tiene por ley el sector industrial de zonas francas? ¿Hubo amenazas de los funcionarios de impuestos dominicanos que generaran temores de esta empresa, y que fueron magnificados por las autoridades de Costa Rica?
Hace falta reflexionar sobre el modelo de zona franca y si el gobierno está decidido a mantenerlo. Crear dudas sobre estas inversiones genera temores. No puede haber contradicciones entre lo que diga el presidente Danilo Medina y lo que digan sus funcionarios.
José Manuel Torres dijo que desde el 2015 el clima de inversión en el país para las empresas de zonas francas ha sido afectado por medidas oficiales que generan mucha incertidumbre. Mencionó la decisión del gobierno del 2016 de imponer impuestos a los dividendos de los accionistas de las empresas es uno de los problemas. Ese impuesto no se aplica en los países de Centroamérica y el Caribe que forman parte del RD-CAFTA, pero en RD sí se aplica.
Varias empresas ya han anunciado la suspensión de sus programas de expansión en el país. Si finalmente queremos eliminar el modelo de zonas francas que el gobierno lo decida y explique las razones. En caso de que se desee continuar con ese modelo, que lo hagamos con las condiciones establecidas, y que nos dejemos de estar amenazando y creando incertidumbre. El país pierde inversión y pierde empleos. y Eso es una lástima.
La dignidad en Awilda Reyes Beltré
La jueza Awilda Reyes Beltré, acusada por el Ministerio Público de formar parte de una red de tráfico de influencias y emisión de sentencias vendidas, ha dicho que renuncia de la justicia dominicana por el paredón que ha establecido Mariano Germán Mejía, presidente de la Suprema Corte de Justicia. Dice que ha sido acusada y perseguida políticamente, y que renuncia para no perder su dignidad.
Es un extraño caso de proteger la honorabilidad, y más si se trata de una jueza que ha sido cuestionada y que fue sorprendida in fraganti en la comisión de irregularidades. Cuando fue llamada ante el despacho de la Suprema Corte de Justicia, y se le pidió ir a buscar el dinero que había recibido por una sentencia, fue acompañada por un magistrado a recoger el dinero guardado y lo dejó en manos de Mariano Germán Mejía.
La lista de sentencias favoreciendo casos nauseabundos es muy conocida. Condenó al Estado en varias ocasiones, entregó aviones a delincuentes perseguidos de la justicia y dictó libertad a sicarios. Es lo que ha dicho el Ministerio Público, aparte de muchas otras diabluras que se le atribuyen. Cuando se vio acorralada y momentos antes de que se dictara sentencia sobre su caso, Awilda Reyes Beltré decidió renunciar como juez para evadir la decisión del Consejo del Poder Judicial. No evita sin embargo, la decisión de un tribunal penal que deberá conocer sus actuaciones.
El daño infringido a la sociedad es muy grande. Y el daño a la justicia, en una imagen denigrante y vomitiva, es peor todavía. ¿Cómo es posible que se hable de dignidad en una circunstancia como esta? Definitivamente, se trata de un extraño caso de inversión de valores y de distorsión de la realidad. Tiene que haber justicia y debe buscarse una reparación de los daños causados. Por el bien del país y de los jueces que quedan con dignidad en el sistema de justicia dominicana.