Ley No. 139-97 deberá ser revisada. Tal vez en el momento en que se aprobó se consideraron factores lúdicos, como ampliar el período de descanso los fines de semana y crear puentes más largos con la justificación del derecho al descanso. Sin embargo, luego de 20 años con esa ley vigente, nos vamos dando cuenta que la misma ha contribuido con el deterioro de ciertos valores históricos y patrióticos.
Nos referimos a la ley mediante la cual los días feriados del calendario que coincidan
con los días martes, miércoles, jueves o viernes se trasladan de fecha para el siguiente lunes. La propuesta fue del entonces diputado Pelegrín Castillo.
Las fechas que fueron excluidas de esa ley son las religiosas, para que sean celebradas el día que corresponde. El 21 de enero, Día de la Altagracia, se queda siempre en el día que corresponda. Lo mismo que el día de año nuevo, y el 27 de febrero, día de nuestra independencia nacional. Otros días que quedaron excluidos son el 24 de septiembre, día de nuestra señora de las Mercedes y el 25 de diciembre, día de navidad.
La ley dice claramente que “quedan también excluidos del ámbito de aplicación de la presente
ley los días feriados de carácter religioso que se fijan en razón del día de la semana:
jueves Corpus Christi, jueves y viernes santos”.
Las demás fiestas nacionales, que son las patrióticas, quedaron incluidas en la ley, y a partir del 2007, se ha ido distorsionando por completo el calendario histórico y patriótico de la República Dominicana.
Se trasladan fechas como el día de Duarte, la celebración de la Restauración de la República, el día de la Constitución o el día del Trabajo
Acaba de transcurrir el 26 de enero, día de Juan Pablo Duarte, y se realizaron unos cuantos actos el pasado jueves, con una declaración del presidente de la República y una actividad en San Francisco de Macorís, municipio cabecera de la provincia Duarte, por parte de la Comisión de Efemérides Patrias. Podemos decir, con tristeza, que la celebración de los 204 años del nacimiento del padre de la patria, pasó sin pena ni gloria, pues el feriado fue trasladado para el lunes 30 de enero, que pasará como un día festivo sin ningún vínculo con la soberanía dominicana, ni con el prócer que creyó e hizo posible que la República Dominicana naciera entre el conjunto de naciones libres y soberanas.
Aquí se ha hablado mucho de patriotismo y se ha instaurado una especie de neo-nacionalismo sustentado exclusivamente en el rechazo de la presencia de nacionales haitianos en República Dominicana y en el rechazo de los dominicanos de ascendencia haitiana. Los neo-nacionalistas no se sienten comprometidos a celebrar, como corresponde, por ejemplo estas fechas patrióticas, que definieron la identidad dominicana, y en cambio siguen prefiriendo proteger las fechas religiosas, que son aparentemente más patrióticas que nuestras jornadas liberadoras, como la Restauración de la República, que no es otra cosa que la derrota de las tropas españolas por un ejército dominicano de campesinos, harapientos, descalzos y con armas artesanales.
Tenemos que redefinir el patriotismo en este país. Y volver a Duarte de muchas formas, en particular al Duarte radical que proclamó que o éramos un país independiente o era preferible que se hundiera la isla.