Desde San Francisco de Macorís se ha informado que se puso fin a la huelga general que durante tres días paralizó a esa ciudad y que pudo prolongarse por tiempo indefinido. Un acuerdo puso fin a la protesta.
San Francisco de Macorís ha protestado esta semana mediante un paro general de labores para reclamar al Gobierno el cumplimiento de viejas promesas.
Los francomacorisanos piden que se construyan el prometido hospital regional materno infantil, las edificaciones del centro de la cultura, varias carreteras y calles, entre otras obras de necesidad local.
Se ha criticado que las organizaciones sociales escogieran la huelga general como vía para hacer escuchar los reclamos de esta población.
Pero en justicia debe decirse que esos reclamos no son nuevos y que en muchas ocasiones han expuestos a las autoridades y difundidos por los medios de comunicación.
Macorís del Nordeste ha querido aprovechar en esta ocasión el auge de la lucha contra la corrupción y la impunidad para sumar a este clamor nacional sus necesidades locales.
Creemos excesiva la represión que se ha desplegado en esa ciudad, sin que las autoridades hayan enviado una señal de que quieren dialogar y buscar la vía para dar respuesta a los reclamos y necesidades de los francomacorisanos.
Lamentablemente, el primer día del paro general que fue originalmente convocado para que durara 48 horas, el joven estudiante y activista social Vladimir Lantigua Baldera, fue muerto de un disparo en la cabeza.
Esa muerte no ha sido investigada ni aclarada todavía.
Al dolor por la pérdida de esta valiosa vida se sumó la indignación por la toma de la ciudad por tropas élites fuertemente armadas, el uso de helicópteros de la Fuerza Aérea y la presencia de policías de asalto llamados Swats, deteniendo a personas sin ningún miramiento, e incluso golpeando a muchos.
La reacción de los activistas sociales fue en principio extender el paro por 24 horas más, el día jueves. Pero ante la indiferencia de las autoridades, decidieron mantener la paralización de las actividades por tiempo indefinido.
Afortunadamente, al atardecer de este jueves se llevó a cabo una reunión, gracias a la mediación de sacerdotes católicos y empresarios, entre otros sectores que convencieron a las autoridades y a los activistas sociales de la necesidad de sentarse a dialogar. En esa reunión se acordó poner fin a la huelga general de inmediato y dejar sin efecto el llamado a paro por tiempo indefinido.
Se trata de una excelente decisión y mejor noticia, porque mantener los negocios, las escuelas y hasta las entidades públicas paralizadas por tiempo indefinido no nos parecía una buena idea. San Francisco de Macorís, como toda ciudad, necesita producir.
Pero al mismo tiempo creemos necesario llamar la atención de las autoridades sobre la excesiva la represión que se puso en práctica en esa ciudad, sin que las autoridades enviaran una señal de que querían dialogar y buscar la vía para dar respuesta a los reclamos y necesidades de los francomacorisanos.
Siempre se necesita el diálogo. La represión no es la respuesta, solo sirve para crear en la sociedad más indignación, más rebeldía. Que lo tengan muy claro las autoridades nacionales y locales.