El poder judicial dominicano anda mal. El Consejo del Poder Judicial es un organismo colegiado, en donde se toman las decisiones más importantes, y al parecer el liderazgo del presidente Mariano Germán se ha visto altamente disminuido, aparte de que no se decide a tomar decisiones acertadas sobre las mafias que integran y se articulan a su alrededor para controlar las instituciones del poder judicial.

Descalabro aparte por la indiferencia y el silencio frente a las agresiones de que fue víctima la magistrada Miriam Germán en el Consejo Nacional de la Magistratura. Los representantes del poder judicial en el Consejo de la Magistratura, Mariano Germán y Fran Soto Sánchez, guardaron silencio cómplice con lo allí ocurrido, como si las agresiones estuvieran reservadas exclusivamente a ella, a quien detestan, y no al conjunto de los miembros del poder judicial.

Estos mismos dos representantes están tomando decisiones agresivas contra la Jurisdicción Inmobiliaria, por razones diferentes. El señor Soto ha sido señalado como cabeza de un movimiento para desarticular la Jurisdicción Inmobiliaria, acusando a sus directivos de haber facilitado los datos de la venta de una propiedad suya al señor Arsenio Quevedo. Y en ello ya consiguió la suspensión de dos importantes directivos (Carmen D. Alcántara Portorreal, Inspectora Judicial, y Ney E. Soto de los Santos, Contralor de la Jurisdicción Inmobiliaria). Para el magistrado Germán la Jurisdicción Inmobiliaria se ha convertido en un dolor de cabeza por las muchas quejas y problemas que le llevan los lobbistas y personeros influyentes, que tradicionalmente conseguían ventajas, pero que ahora ya los favorecen.

La decisión salomónica ha sido destruir la Jurisdicción Inmobiliaria, y hacerlo mediante resolución del Consejo del Poder Judicial, con el voto casi unánime de los consejeros. Resulta paradójico, porque en la gestión de Mariano Germán al frente de la SCJ, si hay algo positivo que se pueda ofrecer es la Jurisdicción Inmobiliaria renovada y tecnologizada, con personal preparado para rendir con eficiencia. Mariano Germán está obligado a defender esa Jurisdicción y no permitir que le destruyan un esfuerzo logrado con el apoyo técnico y financiero del gobierno de los Estados Unidos.

Por supuesto, que los gestores de este plan para sepultar la Jurisdicción Inmobiliaria deben tener pendiente que el gobierno de los Estados Unidos está informado de todas sus acciones, y que al mismo tiempo conoce la trama y hasta los detalles más mínimos cómo se pretende poner en marcha este plan destructivo. Mantener la destitución de Carmen D. Alcántara, de Ney E. Soto e insistir en inutilizar ese departamento es un despropósito que tendrá sus consecuencias, independientemente de que haya algunos que voten en contra dentro del Consejo del Poder Judicial.

La corrupción no puede ser reinando en las actuaciones de poderes públicos, como es este caso. ¿Que hay jueces que se van para jamás volver al aparato judicial?, si, pero ello no justifica destruir con su salida una de las instituciones que ha contribuido con reducir al mínimo la corrupción en un área tan sensible. La otra joya de la corona de Mariano Germán es la Inspectoría del Poder Judicial, que igualmente ha realizado una buenísima labor, pero que está en el ojo de los ataques planeados para los próximos días.

En caso de que estos planes se ejecuten, quienes adopten las decisiones, independientemente de las advertencias de instancias de la sociedad civil, profesionales acreditados, y la propia embajada de los Estados Unidos, sabrán que las consecuencias vendrán, muchas veces por las vías más insospechadas.