En momentos en que el Gobierno muestra a la ciudadanía los resultados positivos del programa de vacunación.

Cuando el presidente Luis Abinader informa del plan para producir en el país medicamentos de altos costos para abaratar los costos del tratamiento de enfermededades que pueden arruinar la economía familiar.

Cuando las autoridades responsables de la economía y la política monetaria hacen esfuerzos para aliviar el impacto inflacionario derivado de factores externos.

Cuando desde la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental (DIGEIG), desde la Dirección Compras y Contrataciones y desde la Procuraduría General de la República se hacen esfuerzos evidentes para fortalecer la transparencia y enfrentar la impunidad y la corrupción

Precisamente, en ese escenario aparecen funcionarios y dirigentes que generan ruidos y discordancias muy dañinos. Veamos:

La Superintendente de Seguros, Josefa Castillo, se destapa con la justificación del aumento de la nómina porque supuestamente debía de atender los reclamos de empleos de sus amigos o compañeros de partido.

Legisladores perremeístas asumen una posición contraria a los derechos de las mujeres en el debate sobre las tres causales y su inclusión y aprobación en el Código Penal, en contradicción con la posición oficial del PRM y la de su líder, el presidente Luis Abinader, provocando que activistas pro derechos de las mujeres protesten con razones más que justificadas y les exijan coherencia a las autoridades.

El propio presidente de la Cámara de Diputados y dirigente del PRM, Alfredo Pacheco, se desdice de su compromiso de campaña y ahora habla de aprobar el Código Penal sin las tres causales, prometiendo que se someterá un proyecto para una ley especial sobre el tema en debate desde hace veinte años.

Estos dirigentes perremeístas se han convertido en protagonistas de las noticias más leídas y le han generado rechazo al Gobierno en importantes sectores de la sociedad.

Y lo que es peor, esos ruidos y perturbaciones de los funcionarios y dirigentes insensatos han matado la principalía noticiosa a los logros que el Gobierno puede exhibir con satifacción.

Con amigos así, con aliados así, con funcionarios y dirigentes así, no hacen falta enemigos ni opositores.