El morbo está disparado.  El presidente Danilo Medina lo dejó encendido con su discurso del pasado 27 de febrero. No dijo nada sobre la reelección, pero es como si lo hubiese dicho: entre palabras futuristas y metamensajes la gente presume que el presidente está en lo de la reelección.

Ha seguido en el tribunal especial el juicio preliminar sobre el caso Odebrecht, y los que hablan ahora son los abogados de los imputados. Primero lo hizo Andrés Bautista García, luego Víctor Díaz Rúa y esta semana comenzará el senador Tommy Galán. ¿El juez estará dispuesto a atender las múltiples razones que los imputados y sus abogados han presentado para descartar el juicio de fondo, por el mal trabajo del Ministerio Público?

Punta Catalina comienza o no comienza a entregar electricidad al Sistema Energético Nacional Interconectado. Despejado el panorama, será posible que la primera turbina produzca más de los 40 megavatios y que en mayo se inicie la operación de la segunda turbina de Punta Catalina, una generadora que tiene un costo superior a los 3 mil millones de dólares.

Y a propósito de Punta Catalina, hay ya o no hay aún una decisión en arbitraje de una corte en Nueva York sobre la demanda del consorcio constructor al Estado, de 708 millones de dólares. Los rumores no paran sobre este tema, y en ningún caso favorecen al Estado dominicano que se negó a pagar la petición de Odebrecht, constituyéndose en el único caso que ganaría la empresa brasileña contra un Estado, luego de sus revelaciones de que sobornó a troche y moche para obtener los contratos en República Dominicana entre el 2001 y el 2017.

Vienen a sumarse a esta lista de temas alimentados por el morbo los puñetazos que se habrían dado Víctor Díaz Rúa y Julio Cury en la boda de uno de los hijos del difunto Jacinto Peynado, Manuel Peynado. Una ceremonia matrimonial es uno de los actos más solemnes, aparte de los actos religiosos, que se celebran en nuestra sociedad. Por esta razón, y por los perfiles de los dos involucrados, este tema amenaza con desplazar a todos los demás.

La cuestión es la trascendencia social que tendría este altercado, y los beneficios que podría proporcionar este asunto en la solución de alguno de los problemas del país. Sin embargo, las redes sociales, como reinas de la superficialidad y como testimonio de las cosas que interesan a la gente, son la demostración palpable de que andamos desquiciados y dispuestos a perder todas las oportunidades. Aunque nos entretengamos un poco con un puñetazo de Víctor Díaz Rúa a Julio Cury, o viceversa.