En una entrevista concedida a Diario Libre, Reinaldo Pared, secretario general del Partido de la Liberación Dominicana y presidente del Senado de la República defendió el barrilito, como una modalidad necesaria para los congresistas realizar labor social.

Pared Pérez fue muy claro sobre lo que está ocurriendo en la forma de hacer política en la República Dominicana. Absolutamente contrario al pensamiento de su líder y guía, Juan Bosch, dijo que el clientelismo es algo que se ha enraizado en los gobiernos del dominicanos, de los cuales 12 años corresponden a Leonel Fernández, alumno destacado del maestro Juan Bosch.

El clientelismo es la forma más vulgar y abusiva de hacer política. Se aprovecha de la miseria del pueblo, y se apropia de los recursos del Estado, y con el poder recibido en las elecciones, intenta eternizar en el poder a los causantes de la miseria y la falta de educación del pueblo. Es la dádiva improductiva como política de Estado.

Y Reinaldo Pared, un político joven y de tradición peledeísta-boschista, sostiene que “tendrán que pasar varias generaciones para erradicarlo, porque donde quiera que uno se mueve no dejan a uno tranquilo”. Es decir, que la gente anda detrás de los funcionarios pidiendo limosna, pidiendo 100 pesos, pidiendo para la medicina, para el pasaje, para la comida, para la ropa de los hijos, para comprar los libros, para vivir. Y los funcionarios necesitan tener dinero para dar esa dádiva y mantener su popularidad, porque en resumen, quien no da esas dádivas, pierde vigencia.

Lo que ha dicho Reinaldo Pared es que los políticos del gobierno, los del congreso, los síndicos en los municipios, tienen derecho a utilizar el dinero del presupuesto nacional para repartirlo entre los “pobres”, para mantener vigencia. Ese dinero no lo supervisa nadie, se regala, pero no procede de los bolsillos de los funcionarios, sino de las arcas del Estado. Y quien habla tiene experiencia en esos menesteres, porque lleva ya muchos años al frente del Congreso Nacional, precisamente repartiendo dinero entre los legisladores para que hagan clientelismo. No se ocupan de legislar, de aprobar políticas públicas, sino de sacar ventajas personales, para seguir siendo políticos importantes, necesarios, con dinero en el bolsillo para repartir a quienes le voten en las elecciones.

Es el absurdo como politica pública. Es la confesión sincera de un hombre del poder.

“Lamentablemente, y me sonrío para decirlo, el que no da (dávidas, regalos, puercos, salchichones, ropa, medicina, cajas de muerto) se fuñó”.

Eso lo dijo Reinaldo, el presidente del Senado, el presidente de la Asamblea Nacional, el secretario general del PLD, el miembro del Consejo Nacional de la Magistratura, el abogado, el político, el hombre cercano y fiel a Leonel Fernández y a Danilo Medina.

Claro, habría que admitir, que se trató de gesto de sinceridad, de un reconocimiento que en política hemos descendido al nivel más bajo, a las cloacas del infierno, y que en Diálogo Libre, de Diario Libre, consiguieron que el funcionario lo admitiera de una forma tan franca, tan clara, que asusta.

Se recuerda que fue Ramón A. Font Bernard, hombre de poder, quien siendo director del Archivo General de la Nación, dijo que para triunfar en política había que ser capaz de tragarse un tiburón podrido y crudo, sin eructar, algo de lo que había sido capaz el doctor Joaquín Balaguer. Posteriormente dijo que Leonel Fernández había superado a Balaguer, porque se había tragado dos tiburones. Algo que ha hecho, con esta admisión, el doctor Reinaldo Pared, tomando el símil memorable de Font Bernard.