Durante tres días el Ministerio de Educación realizó el Foro Nacional por una Cultura de Paz. Con la presencia entusiasta del ministro Andrés Navarro, unos 360 estudiantes representaron las 18 regionales educativas a nivel nacional, y aportaron propuestas para hacer frente al incremento de la violencia en las escuelas dominicanas.
Celebramos que el ministro Andrés Navarro dedique tiempo y concentre la atención a este tema, y que los estudiantes del país hayan sido considerados parte esencial de la búsqueda de soluciones en un tema que los involucra directamente.
La violencia en las escuelas es un viejo problema. Las escuelas están ubicadas dentro de comunidades que también tienen problemas de violencia. Violencia estructural de la sociedad, violencia familiar, violencia de género, violencia social. Es decir, la violencia que hoy nos preocupa ha estado siempre en las escuelas, solo que ahora tenemos instrumentos para socializar esa violencia, y mostrarla fuera de las aulas, a través de las redes sociales, y de allí hacia los medios más formales de comunicación.
Nunca antes habíamos tenido un ministro de Educación discutiendo tres días con estudiantes, escuchando sus preocupaciones y sugerencias de cómo hacer frente a la violencia. Es un gran avance. El Ministerio de Educación deberá tomar decisiones sobre cómo asumir las nuevas tecnologías en las escuelas, especialmente los teléfonos inteligentes, que en algunas escuelas están vedados y en otras permitidos. No pueden ser instrumentos para la distracción, pero sí pueden ser instrumentos para la información, para el trabajo escolar, para que las nuevas tecnologías sean incorporadas como un apoyo y no como un enemigo. Sobre esto no hay decisiones.
La otra cuestión importante es que los estudiantes que van a la escuela y son violentos, o son víctimas de violencia, o son espectadores de los actos de violencia, vienen de hogares con violencia permanente o sistemática, en donde hay agresores y víctimas. Esas familias no pueden quedar al margen de las soluciones. La escuela debe buscar la forma de incorporar las familias de los alumnos y alumnas a la solución del problema, asumiendo una cultura de paz y de respecto.
El Ministerio de Educación no podrá hacer nada con estudiantes que en las aulas sean instruidos para una cultura de paz cuando en las calles y en sus hogares existe y sobresale una cultura de violencia.
Hay métodos de trabajo que bien pudiera asumir el Ministerio de Educación. Además de este encuentro de tres días promoviendo una cultura de paz, tienen que establecer una dinámica que acojan maestros y maestras, coordinadores de distritos escolares, directores de escuelas y liceos.
La especialista Vanesa Espaillat, subdirectora del Colegio Lux Mundi y docente de la universidad UNIBE, ha establecido que en cualquier acto de violencia en el contexto escolar hay tres actores: Un agresor, una víctima y un publico espectador. Al público hay que incorporarlo como parte de la solución, y no dejarlo como un simple observador.
Nadie que sea testigo de un abuso, de una victimización, en el ámbito escolar, puede quedarse indiferente. Los maestros y maestras deben ser formados para saber hacer frente a estos acontecimientos, y cuando se produzcan que los aprovechen para matizar y enfatizar la cultura de paz, el autocontrol, el rechazo a la violencia y las posturas responsables.
Es lo que corresponde. El Ministerio de Educación debe tener vista profunda para aportar soluciones de largo alcance a este problema. No lo solucionará, porque no depende sólo de las autoridades, pero sí puede ayudar a encontrar la puerta para su reducción.
Felicitamos al ministro de Educación, Andrés Navarro, por iniciar la búsqueda de respuestas a un tema que preocupa a toda la sociedad, porque estas iniciativas aportan tranquilidad y sosiego a un sector como el educativo, tan vital para las familias y para la sociedad.