La ley electoral prohibe que este sábado haya campaña electoral y lo hace bajo el entendido que ya ha habido varios meses, luego de la proclama oficial de apertura, ha habido suficiente tiempo para que los partidos políticos y sus candidatos promuevan sus programas y propuestas que pondrían en marcha en caso de ser favorecidos por los electores.

El sábado fue el día de la reflexión y este domingo es el día de acudir a las urnas. Es un día para pasar balance y otro para escoger. Son dos días proyectar personalmente el futuro individual y colectivo. Hacia dónde debe ir la República Dominicana, y cuáles de las opciones políticas que se presentan coinciden contigo. Ahí se supone que debe estar la clave para decidir por quién votar en cada una de las tres boletas que entregarán a cada elector en su colegio electoral el próximo domingo.

Obvio que este proceso deberá darse entre los que no han tomado una decisión previamente. Ha habido tiempo para tomar una decisión. Ocurre sin embargo, que el mismo día de las elecciones hay personas que no tienen una decisión tomada. Y eso explica en ocasiones la abstención en las elecciones. Abstenerse no se corresponde con un temperamento democrático y responsable. Quien se abstiene permite que otros decidan por él en una cuestión tan importante como la conducción de los destinos del país.

La campaña ha sido lo suficientemente intensa y escandalosa para que en apenas 24 horas podamos despejar las dudas, si todavía persisten.

Hay muchas reflexiones en el este momento. Una que nos ha parecido sincera y bien planteada es la del sacerdote Martín Luzón, de Samaná, de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC), quien ha enviado un mensaje que, entre otras cosas, destaca el amor combatiente, la lucha por la justicia, por la igualdad y el ánimo de los cristianos por evitar lo que algunos llaman el “el mal menor”.

Nuestro llamado a la reflexión y al voto abarca a los ciudadanos y ciudadanas, a los cristianos y creyentes, a los no creyentes, partidarios del Estado Laico, a los profesionales, empleados públicos y privados, desempleados, receptores de los favores de las políticas sociales del gobierno, aquellos que tienen trabajo por cuenta propia, que viven en la informalidad, los desempleados, los líderes políticos comprometidos. La reflexión es para que apostemos por un país democrático, con ambición por el progreso, el desarrollo, con igualdad, con equidad, y en donde sea posible el entendimiento y la convivencia armónica.

Hay que reflexionar y acudir a votar por un buen proceso electoral, con unas elecciones en las que actuemos con inteligencia y madurez, y en las que no haya violencia ni conflictos que denigren nuestro sistema democrático.