Los empresarios han tenido siempre cautela para abordar los temas políticos. Entrar en político parece que pone en riesgo el patrimonio personal y familiar de los que han acumulado fortuna. Múltiples son los ejemplos. Cuando hablan de política los empresarios tratan de quedarse fuera del ámbito de los partidos. Es un riesgo que no quieren correr. José Manuel Paliza, recientemente homenajeado por la Asociación de Industrias, hizo un discurso valiente, exhortando a los jóvenes a entrar en política, para no dejar esa actividad exclusivamente a los que tienen la vocación, y son políticos de profesión.

La semana que acaba de cerrar el país fue testigo de un con un discurso valiente, en la misma dirección del señor Paliza, pero pronunciado por el empresario Abraham Hazoury, con motivo de la cuadragésima octava graduación de UNIBE.

El discurso, dirigido a los nuevos profesionales que deberán convertirse en los líderes del mañana, llamaba a la reflexión sobre la actualidad mundial y muy especialmente sobre el momento histórico que en estos días vive la República Dominicana.

Como primera idea, planteaba que la política ha fracasado en su rol como instrumento, para acordar consensos mínimos entre los ciudadanos y que, los ciudadanos, y especialmente los más jóvenes, tienen la percepción de que sus demandas no son escuchadas por las clases dirigentes, produciéndose una sensación de desconexión entre estos y la clase política. Exactamente lo que ha vivido Chile con un mes de manifestaciones y rechazo de las políticas oficiales.

Hazoury le ha puesto atención al tema. Y ha dicho que la ciudadanía rechaza la falta de liderazgos con capacidad de escucha activa, que ha generado un sentimiento de frustración que lleva a la ciudadanía a buscar respuestas a través de movimientos ciudadanos, autoconvocados y sin liderazgo aparente, que reclaman un estado de bienestar justo y satisfactorio, mediante violentas protestas en las calles.

Traducido a clave dominicana, según Hazoury, la falta de entendimiento entre los principales actores políticos, ha trasladado a la sociedad conflictos internos de los partidos que debieron resolverse a través de los instrumentos que pone en sus manos el sistema democrático. La atención y la energía prestada a estos conflictos partidarios, está desconectando a la clase política de las verdaderas necesidades de la ciudadanía. La falta de un liderazgo unificador dificulta la posibilidad de lograr un punto de encuentro a través del diálogo, poniendo en riesgo la convivencia democrática.

Como consecuencia, el principal activo que tenemos los dominicanos, una democracia madura, estable y funcional, con relativa alternabilidad política desde el año 1966, ¡nada menos que 53 años!, y nuestro sistema de partidos, corren el riesgo de ser cuestionados con más fuerza de la que está ocurriendo en otras latitudes. ¿Hasta cuándo seguirá sin protestar la sociedad dominicana?

Sus palabras concluyeron con una exhortación a los jóvenes, a dar un paso al frente y asumir posiciones proactivas, no tener miedo a la política, asumir sus errores, creer en sus propias capacidades y buscar su prosperidad esforzándose por la prosperidad de la República Dominicana. En conclusión, ser los representantes del nuevo liderazgo que nuestro país necesita.

Una llamada a la reflexión que todos deberíamos escuchar. Y más viniendo desde el sector empresarial, generalmente tan ajeno a la actividad política. Bienvenido sea este llamado, como el que hizo José Manuel Paliza la pasada semana.