Rubén Maldonado inició este miércoles su labor como presidente de la Cámara de Diputados con un discurso cargado de promesas para cambiar las relaciones de ese organismo político con la sociedad dominicana.

Sus promesas parten del reconocimiento de que las cosas no van bien entre los legisladores y las personas que los eligen. Hay debilidades, hay falta de contacto, no hay sintonía, tampoco transparencia, y la gente quiere legisladores más comprometidos con la solución de los problemas que les aquejan.

“Le anuncio al país y a ustedes, mis colegas Diputados y Diputadas, que durante el periodo que me corresponde presidir este cuerpo legislativo, desarrollaré una agenda de trabajo ardua, abierta, transparente y participativa”. Esa fue una de las promesas del flamante nuevo presidente de los diputados, quien dijo que sustenta sus ideas en el pensamiento del ex presidente Leonel Fernández.

Discutible, por supuesto, todo el discurso político y reivindicador de una forma de manejar el Estado y las instituciones que lo forman. En este caso, los diputados. A estos legisladores se le atribuye no cumplir su rol de control del Gobierno, no tener la disposición ni el coraje de representar las urgencias de sus comunidades. Y a sus miembros se les critica por hacer clientelismo político. No es extraño que a tantos legisladores se les acuse de corrupción, sobornos y se les asuma como parte de una red de impunidad establecida.

Recientemente la Cámara de Diputados se negó a quitar la inmunidad parlamentaria a un diputado, Alfredo Pacheco, pese a que él dijo que quería ser liberado de esa inmunidad para ser juzgado por los tribunales por las imputaciones que le hizo el Ministerio Público. También el Senado rechazó quitar la inmunidad a dos senadores, Julio César Valentín y Tommy Galán. Y queda pendiente la decisión sobre el senador señalado como receptor de sobornos por el caso de los Tucano, Luis René Canáan.

Pero volvamos al discurso de Rubén Maldonado, nuevo presidente de la Cámara de Diputados.

Prometió realizar sesiones de la Cámara en las regiones, provincias y municipios, para acercar a los legisladores con sus comunidades, y para conocer sus necesidades. Esa no es la función de los diputados, ni esa es la expectativa que se tiene de ellos. Para los temas de gobierno local están los ayuntamientos, y para otras inversiones y atenciones el gobierno central, y los gobernadores provinciales. A diputados y senadores les toca legislar, aprobar leyes, códigos y vigilar al gobierno en el cumplimiento de sus promesas, y en tener cuentas claras y proteger los recursos del país.

Tiene razón Maldonado en su propósito de adelantar, tanto como sea posible en coordinación con el Senado, las leyes pendientes de aprobación, que incluyen las siguientes:

Proyecto de Ley de Partidos, Agrupaciones Políticas y Garantías Electorales; el Proyecto de Ley del Código Penal de la República Dominicana; el Proyecto de Ley del Código  Civil; el Proyecto de Ley del Código de Procedimiento Civil; Proyecto de Ley del Código de Comercio; el Proyecto de Ley de Ordenamiento Territorial y Uso de Suelo y el Proyecto de Ley de Aguas en la República Dominicana.

Prometió impulsar la aprobación de un código de ética de los diputados y contribuir con un funcionamiento interno transparente del organismo a su cargo. Dejó claro que es una persona dependiente políticamente del ex presidente Leonel Fernández, y lo dijo de este modo: que sigue a su partido, además de la visión de Estado y sociedad que me acompaña del Expresidente de la República y Presidente del PLD el Dr. Leonel Fernández.

En la parte final de su discurso Maldonado dejó claramente establecida sus lealtades políticas. Y no es ocioso preguntarse si la primera parte de sus palabras, de acercar los diputados con la sociedad no es más que un discurso hueco, sin posibilidad de concretarse, y lo que realmente importa es lo que dejó claramente establecido:

"Ahora si me lo permiten quisiera dedicarles estas última palabras para agradecer eterna y profundamente al presidente Leonel Fernández, al Presidente Danilo Medina y con ellos a todo los miembros del Comité Político de mi Partido de la Liberación Dominicana (PLD) por la honra inmensa que me han conferido…"

Una gran tarea tiene por delante el señor Rubén Maldonado, nuevo presidente de la Cámara de Diputados. Más que la visión de Estado de Leonel Fernández, parece que necesitará mucho de su propia visión para recuperar la relación de los diputados con la sociedad.