Los partidos políticos han realizado actos de proclamación de sus candidatos presidenciales que tienen costos financieros muy altos, y que se debe suponer que se pagan con los fondos suministrados por el Estado a través de la Junta Central Electoral.

Los actos de proclamación de los candidatos presidenciales, además de concentrar a muchas personas, de generar costos en la movilización de las mismas, en pago de combustibles, viáticos, y los insumos que se utilizan, especialmente las nuevas tecnologías, representan una ostentación casi ofensiva en un país lleno de miseria, con precariedad en la salud, en la alimentación y hasta en la solución de problemas menores, como los pisos de tierras de una gran cantidad de viviendas dominicanas.

Aparte de los costos operativos, y de las tecnologías utilizadas, en cada acto de proclamación, se ha hecho costumbre presentar a artistas famosos, que también cobran por estar allí y por convertir el acto político en un atractivo artístico.

En los próximos días habrá nuevas proclamaciones de candidatos presidenciales. Algunos son modestos actos, como el que se propone hacer la Alianza por la Democracia con su candidata Minou Tavarez Mirabal, el próximo domingo. Esperamos que sea un acto sustentado en contenidos, más que en un espectáculo.

En los próximos días el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) se propone hacer su acto de lanzamiento de la candidatura presidencial de Danilo Medina. Otra vez el presidente dirá un discurso, y será parte de una celebración que tiene un costo monetario millonario.

Tal vez llegue el momento en que los partidos se junten y realicen un solo acto de proclamación de su candidato, y en vez de 16 actos realizados individualmente por cada organización, se realiza uno solo por el conjunto de partidos políticos que postura a un candidato, y el ahorro pudiera ser significativo.

Dirán que es un sueño, porque cada partido político quiere resaltar su bandera, y quiere que sus líderes sean los que brillen con discursos. Sin embargo, si se trata de un solo candidato presidencial, tal vez quien debe brillar es el candidato y no los dirigentes de las diversas formaciones políticas.

¿O hemos llamado a un grado de irracionalidad tan grande que ni siquiera ahorrar, en un país con tantas carencias, es posible en una campaña electoral?

Habrá que pensarlo bien. Se gastan millones y millones de pesos en cada acto de proclamación de los candidatos presidenciales. Y esta está convirtiéndose en una democracia muy costosa.