Sentada en primera fila, incapaz de conmoverse de manera imperativa, esta nación disfrutó del “fortissimo” dramático ejecutado por el capo Quirino (que llegó al país de madrugada, igual que mala noticia) reclamando a un ex- presidente. Aguardamos con interés y regusto sádico la siguiente actuación de esta luminaria del escándalo político, a manera de espectadores de telenovela o de burritos que llevan la carga y no la sienten. Este hombre carecería de credibilidad en cualquier sociedad, pero aquí nos disponemos a creerle. ¿Por qué?
El rumor de que el narco- capitán lleva la gracia norteamericana; una defensa débil y tangente de sus acusados ; las sospechas que pesan sobre Leonel Fernandez – ahora con su más intimo colaborador y confidente a punto de enfrentar condena; y el accionar ambiguo del presidente en funciones, han ayudado a convertir un testigo endeble en uno de cargo. Más desesperanzador, pero sin duda parte de la explicación del fenómeno, es que para el dominicano Quirino no es ni mejor ni peor que nuestros políticos: “un tigüere que se la busca, pero que a este lo cogieron a media base y se lo llevaron los gringos".
Como si no bastase lo anterior, el ex fiscal, actual juez del Tribunal Superior Electoral, José Manuel Hernández Peguero, declaró, sonriente y de pasada, como quien bosteza antes de irse a la cama, que Leonel Fernández le ordenó no citar al Presidente Hipólito Mejía en el caso Quirino. Esto, por su condición de ex presidente y para reciprocarle el favor de no haberlo llevado ante la justicia. Así se explayó el magistrado en un intento por demostrar la bonhomía de su correligionario. ! Y aquí no tembló la tierra!
El agudo e independiente periodista Claudio Acosta, en su artículo del 26 de febrero pasado, "Por la culata", publicado en el matutino Hoy, se alarma de estas trágicas declaraciones que desenmascaran pactos de impunidad y tratativas de encubrimientos entre la clase gobernante, ya conocidos por todos, pero ahora certificadas por un juez. El periodista, nos recuerda que Hipólito amenazó con hacer declaraciones "trascendentes" antes de presentarse ante el fiscal si hubiese sido citado en aquella ocasión. Muy acertado el título del escrito: el tiro salió por la culata llevándose al Licenciado Hernández y a dos presidentes. Repartió el embarre y, como daño colateral, aumentó la validez del indignado narcotraficante.
Afirmar que las acusaciones hechas por el personaje son parte de una trama organizada es insostenible. No caben dudas, ellos mismos han construido la campaña del propio descredito violado las leyes de la republica y exhibiendo riquezas mal ávidas. Por eso, al ripostarle al delincuente, no convencen a nadie, dándole crédito a quien no debe tenerlo
Así las cosas, “El Don” no es un “Don nadie”, sino todo contrario. Para espantar al fantasma de Elías Pina, y devolverlo a las penumbras de su condición, se necesita golpearlo con verdades contundentes, inequívocas. Eso todavía no se ha hecho. Es una lástima, porque dignificaría mucho a esta nación si alguien pudiera hacerlo. Pero creo que ya es tarde, ahora Quirino es fiable y atacará otra vez buscando morder con fuerza y destrozo el trasero de Leonel.