En la medida en que van pasando los días crece la expectativa sobre la designación de la persona que, por decisión del presidente electo, ocuparía la Procuraduría General de la República.

Esa posición tiene mucho que ver con la persecución de los delitos penales asociados con la corrupción en la administración pública. La corrupción pasada, que ha sido parcialmente investigada, y mutilada, y la investigación que no se ha hecho y que la sociedad espera que haya investigación y sanción.

Luis Abinader lo sabe. El presidente electo ha dicho que designaría a alguien en esa posición que no sea dirigente ni miembro del Partido Revolucionario Moderno ni de ninguna organización política. Se intuye que podría ser alguien de la carrera del Ministerio Público.

Está más que claro que tampoco debe ser alguien que pueda tapar las actividades ilícitas de las pasadas autoridades, o alguien que tenga parecido con la forma en que ha actuado el doctor Jean Alaín Rodríguez, Procurador General de la República desde el 2016 hasta la actualidad.

Hay muchas sugerencias. Generalmente se piensa en mujeres que han hecho carrera en el poder judicial y en el Ministerio Público. En un 90 por ciento las recomendaciones coinciden en la magistrada Miriam Germán Brito, quien fuera miembro del Ministerio Público y posteriormente miembro del poder judicial, hasta que el año pasado el Consejo Nacional de la Magistratura la destituyó en medio de un sainete vergonzoso y atrevido, protagonizado por Jean Alain Rodríguez, con el soporte del presidente Danilo Medina. Aquel  fue el mayor de los errores del presidente Medina, y la actuación más denigrante que pudo tener el señor Rodríguez en toda su gestión.

Es probable que las peticiones generalizadas de designar a Miriam Germán como Procuradora General de la República estén vinculadas con el deseo de justicia y la reivindicación de esa honorable, valiosa y bien puesta dama del magisterio judicial dominicano. Pero hay que añadir que Miriam es una persona bien formada, ecuánime, con un amplio concepto de la justicia, y que en el caso del Ministerio Público sabe bien los roles que le toca jugar en la persecución penal y en la representación de la sociedad para resarcir los delitos penales y conducir la política criminal del Estado.

Participación Ciudadana, por ejemplo, ha roto una norma que se ha dado desde hace muchos años: No sugerir nombres para posiciones, y en esta ocasión su Consejo Nacional ha pedido al presidente electo designar a Miriam Germán Brito en la posición. Finjus igualmente lo acogería con efusividad. Ciudadanos, organizaciones políticas, de la sociedad civil, Marcha Verde y tantas entidades de profesionales del derecho acogerían tan designación como un gran logro de la sociedad dominicana.

La doctora Milagros Ortiz Bosch ha dicho que hay muchos hombres detrás de la posición. Habría que ver si esos hombres se ganaron en la batalla social, en su ejercicio, y con su ejemplo, la posibilidad de ser designados. Otras mujeres que tienen méritos, y que forman parte de la carrera judicial y del Ministerio Público, son Yeni Berenice Reynoso, Katia Miguelina Jiménez o Yildalina Tatem Brache.

Hombres con méritos, con calidad y capacidad también los hay. La decisión sigue en manos del presidente electo. Y él sabe que los deseos y ansias de justicia podrían ser un elemento clave de su período de gobierno. El compromiso que hizo con casos como los de Odebrecht, Tucanos, OISOE, Punta Catalina, y tantos otros, dependen en su formulación de la persona que ocupe la importante silla de Procurador-a General de la República.