El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, más conocido por sus siglas ACNUR, tiene una altísima responsabilidad en la República Dominicana, pese a las presiones que han llevado a cabo grupos conservadores contra sus representantes, en especial contra el señor Gonzalo Vargas Llosa.

La filosofía y los postulados del ACNUR, por decisión de las Naciones Unidas, son de defender a las personas afectadas por apatridia en cualquier lugar del mundo, y ese tema ha sido clave en los últimos años en la República Dominicana, en especial por la injusticia cometido por el Tribunal Constitucional, que mediante una sentencia aberrante quitó la nacionalidad a más de 200 mil personas.

Lorenzo Jiménez de Luis, el coordinador residente del Sistema de Naciones Unidas en la República Dominicana, acaba de ofrecer unas declaraciones que pueden significar la renuncia de la ONU y del ACNUR a sus postulados, por lo menos en la República Dominicana, y que representan un atentado al compromiso de esa organización de defender a los más desfavorecidos y a las víctimas del poder.

Jiménez de Luis dijo, el pasado 18 de diciembre, lo siguiente. Y que se sepa no lo ha desmentido: “Aquí no hay apátrida, pero hay una situación de apatridia potencial en caso de que esos procesos no se lleven a cabo de una manera óptima y esa es la razón por la que todas las agencias, fondos, programas y entidades de la ONU estamos trabajando. Queremos ayudar a las autoridades dominicanas a evitar un problema muy serio”.

Hemos pasado de ser un país con más de 200 mil apátridas, creados por la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, a sólo un país con una situación de “apatridia potencial”, de acuerdo con Jiménez de Luis. ¿Qué fue lo que cambió en el país? ¿Cuáles han sido las acciones del gobierno para que ahora se hable de apatridia potencial? ¿A qué responde la nueva estrategia de las Naciones Unidas en República Dominicana respecto al tema que fue tan claramente establecido por las autoridades del ACNUR? ¿Si Jiménez de Luis quiere que el ACNUR se mantenga en el país, qué sentido tiene que exista si no es para defender a los desnacionalizados y a los refugiados?

Entendemos que en esas condiciones habría que pedir que se vaya del país el ACNUR porque no estaría cumpliendo su rol, y porque las autoridades de las Naciones Unidas se han rendido ante la presión del gobierno y de los grupos recalcitrantes y ultranacionalistas, que han dicho todas las barbaridades que les ha dado la gana, incluyendo agresiones personales, contra los representantes del ACNUR y de Naciones Unidas. El propio secretario general vino al país y fue deslucida la ceremonia en que habló en el Congreso Nacional.

Pero además, lo dicho por Jiménez de Luis es un retroceso grave, que atenta contra las personas desnacionalizadas, que afecta seriamente a los ciudadanos y organizaciones que han defendido a esos dominicanos, y que pone en serias dudas la honestidad de las autoridades de las Naciones Unidas. Todo lo que se ha dicho y denunciado a nivel nacional e internacional, sobre las barbaridades de la sentencia 168-13, podría caer en saco roto por estas declaraciones irresponsables y poco pensadas de este funcionario y burócrata español. ¿O será que Jiménez de Luis responde a las políticas trazadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España, que acaba de decir que República Dominicana maneja correctamente el tema migratorio?

Esas frases de Jiménez de Luis serán utilizadas por el gobierno dominicano y por los ultranacionalistas irresponsables para repetir lo que siempre han dicho: que en el país no existe la apatridia, cuando todo el mundo sabe que sí existe.

Recordemos que en octubre del 2013 y posteriormente en diciembre de ese mismo año el ACNUR se pronunci;o muy claramente diciendo que la sentencia 168-13 creaba por lo menos 210 mil ciudadanos dominicanos sin patria, o en condición de apatridia. Luego el ACNUR dijo que la ley 169-14 no resolvía el grave problema de la apatridia. El proceso de regularización y naturalización no ha funcionado y no ha resuelto la injusticia, y eso lo sabe bien Lorenzo Jiménez de Luis.

El 4 de noviembre pasado, el ACNUR lanzó una campaña mundial contra la apatridia, e incluyó a la República Dominicana como uno de los cinco países en el mundo con mayor numero de apátridas. ¿Ignora Jiménez de Luis estas informaciones y decisiones de la dirección del ACNUR, que comenzó a utilizar las figuras de Desmond Tutu y Angelina Jolie como símbolos contra la apatridia?

La ley 169-14 no restituyó la nacionalidad a los desnacionalizados, por tanto no quita ni hace desaparecer la apatridia. Es probable que unas mil personas hayan recibido sus documentos, como el caso de Juliana Deguis Pierre. Pero quedan 209 mil personas desnacionalizadas. ¿Olvidó Jiménez de Luis la dimensión de esta injusticia? ¿Se atrevería el representante residente de la ONU a decir qué ha cambiado en la política dominicana sobre los desnacionalizados?

Obviamente, que las palabras de Jimenez de Luis hay que entenderlas en dos sentidos: Una estrategia para suavizar la presión del gobierno, y que el ACNUR permanezca en RD, o como una rendición de las Naciones Unidas ante los ultranacionalistas, para que no sigan despotricando contra los organismos del sistema, incluyendo los que defienden derechos humanos elementales, como el derecho a una patria, a una nacionalidad.

Es una pena que este sea el mensaje de las Naciones Unidas al finalizar el año 2014. Si Lorenzo Jiménez de Luis no habló en los términos que publicaron algunos medios, que nos disculpe, pero hemos esperado varios días por una aclaración y no la han hecho. Vale decir que sus palabras son reales y que las mismas son el resultado de un cambio de visión o de estrategia.

Si es así, pensamos que el ACNUR no hace nada en la República Dominicana, no aporta nada ni tiene sentido que exista si no va a cumplir el rol que jugó hasta que estuvo Gonzalo Vargas Llosa como su representante. Que se vaya el ACNUR de la República Dominicana. No hace nada aquí en las condiciones que lo presenta Lorenzo Jiménez de Luis.