Otro crimen horrendo afecta al sector de los transportistas. Vidal Dionisio Berroa Manzueta, de 50 años, que cubría la ruta Santo Domingo-San Pedro de Macorís, fue asesinado con odio por quienes lo secuestraron, lo torturaron, lo amarraron y lo ahogaron con una funda en la cabeza, a la que le añadieron adhesivos.
La imagen de la forma en que fue hallada la víctima no puede ser más dramática e indignante. Vidal Dionisio no era una persona de conflictos, según los testimonios de allegados. Si era miembro de la Asociación de Propietarios de Transporte de San Pedro de Macorís, afiliado a la Federación Nacional de Transporte La Nueva Opción (FENATRANO).
El Ministerio Público y la Policía Nacional no pueden asumir esta como una muerte más entre los transportistas. Son muchos los crímenes que se han cometido por conflictos entre transportistas. Nadie puede ser asesinado, y si se produce el crimen las autoridades están en la obligación de investigar y determinar a los responsables. Ningún crimen debe quedar impune.
Juan Hubieres, el presidente de Fenatrano, ha dicho que en San Pedro de Macorís se encuentran detenidos los dos acusados de ser autores intelectuales de crímenes en varios momentos, relacionados con choferes: Un síndico de Bayaguana que ordenó y pagó el asesinato de un regidor de su propio partido, el PLD, y un regidor y dirigente del Partido Revolucionario Dominicano en Pedro Brand, que ha sido acusado y sometido a la justicia por vínculos con varios hechos violentos contra miembros y directivos de Fenatrano
“Esos métodos son los propios de los que te ahogan en una piscina, te meten en un tanque de agua para que mueras de hipotermia o confieses antes de morir, y son los propios de ese grupo y eso que le hicieron al compañero es un mensaje”, explicó Hubieres en una entrevista con este diario.
Nuestro llamado a la Policía Nacional y al Ministerio Público es que los choferes y sindicalistas también son seres humanos y que debe haber una investigación seria y profunda. No es posible que el país caiga en un deterioro tan grande, en que la vida de cualquier persona dependa de la voluntad de unos cuantos irresponsables, que manden a matar por cualquier diferencia o conflicto.
Si no hay una investigación seria y no se sanciona a los responsables de estos crímenes, seguirán matando personas. Seguirán asesinando choferes, profesionales, trabajadores, e incluso políticos o funcionarios, porque cuando el hambre de sangre se establece brinda demostraciones de que resulta insaciable, y no para hasta que la detienen.
La forma de detener esto es con la justicia. Una buena investigación policial y judicial, utilizar la ley para procesar a los responsables, y que sean los tribunales los que determinen la responsabilidad. Si se permite que siga la impunidad lo que podría venir es una respuesta en la misma dimensión. Y que los transportistas afectados tomen la justicia en sus propias manos, y esto conllevaría un estado de violencia que la sociedad no debe ni puede tolerar.
Que se haga justicia con el crimen de Vidal Dionisio Berroa Manzueta.