La decisión de American Airlines de retirarse de la República Dominicana, luego de 37 años de operaciones, es un golpe terrible a la política del gobierno dominicano de aumentar el número de turistas en los próximos cuatro años.

El gobierno está obligado a realizar una reflexión, a revisar su política impositiva, a buscar explicaciones en las mafias del combustible que operan en el país, e incluso a realizar un análisis de las últimas medidas fiscales, pues la decisión de American Airlines acaba de ser anunciada, luego de que la línea aérea española, Iberia, hiciera un anuncio similar, al final del año pasado.

La tranquilidad con que el gobierno se toma estas medidas tiene que ser motivo de inquietud, por ejemplo, para el sector turístico, que realiza aún inversiones importantes en infraestructura. El turismo sin líneas aéreas con credibilidad y solvencia no funciona.

Los negocios sin líneas áreas como American Airlines, con conexión a la principal potencia económica del mundo, se convierten en un tormento. Es un tema de reflexión y de búsqueda de estrategias para revertir las decisiones que afectarán el número de viajeros desde y hacia la República Dominicana.