Renato Castillo, regidor de Bayaguana por el Partido de la Liberación Dominicana, parece no tener dolientes. Sus propios compañeros del partido de gobierno se han olvidado de procurar que se haga justicia en este abominable caso. Renato fue mandado a asesinar por el síndico peledeísta Nelson Osvaldo Sosa Marte, más conocido como Opi.

Renato fue un peledeista tradicional, de los que se formaron bajo la sombra del boschismo. Opi vino de los Estados Unidos, estuvo en negocios no tan claros y se vinculó con las peleas de gallos, de ahí que instalara con unos socios extranjeros una fábrica de espuelas.

La auditoría de la Cámara de Cuentas sobre la gestión de Opi deja al descubierto irregularidades por 36 millones de pesos en el ayuntamiento de Bayaguana.

El Ministerio Público tiene que presentar las investigaciones y las pruebas que acreditan el crimen con sus ejecutores materiales y la autoría intelectual de Opi.

Hay muchas dudas sobre la rigurosidad de las investigaciones. Y existen dudas sobre el rol que estarían jugando importantes dirigentes del PLD en la provincia. ¿Están interesados en que haya justicia o no? ¿Les preocupa que la familia de Renato reciba un tratamiento justo, y que la pobreza en la que se encuentra la viuda, embarazada, ahora sin el sustento y la presencia de Renato, pueda ser enfrentada?

Acento acaba de dar a conocer un vídeo inédito, desconocido hasta el momento, en que se puede ver y escuchar a los confesos asesinos relatar cómo dieron seguimiento a Renato y cómo fueron contratados para la ejecución de crimen. El síndico pagó por el crimen. Y los sicarios le dieron seguimiento y lo asesinaron.

El video es muy elocuente. Y les invitamos a que lo observen y lo escuchen.

En una reunión del Ministerio Público con los ejecutores del crimen, y con agentes de la Dirección de Investigaciones Criminales de la Policía Nacional, Eladio Javier Olivo admitió la comisión del crimen, entregó parte del dinero que le fue pagado por el hecho, y los miembros del Ministerio Público quedaron convencidos de que no había nada más que descubrir sobre las implicaciones del asesinato.

Eladio Javier Olivo fue agente de la Policía Nacional, tenía 9 años como empleado del Ayuntamiento de Bayaguana en el momento de la ejecución del crimen, aparte de que era empleado de la fábrica de espuelas La Príncesa, propiedad del síndico. Admitió su participación y dijo que no podían seguir negando los hechos.

Sin embargo, el reconocido sicario Freddy Ortiz, que estuvo presente en los interrogatorios, sólo admitió que estuvo acompañando todo el día a Eladio, pero se negó a reconocer que estuvo en la planificación del crimen..

Por más que se quiera apoyar al síndico, por más que se quiera tapar la comisión de una tragedia tan deleznable, la justicia debe actuar. El síndico como autor intelectual y los sicarios como autores materiales, deberán tener derecho a defenderse, pero la elocuencia de la grabación presentada por Acento, deja fuera de dudas cualquier argucia, por mejor justificada que esté.

Que este crimen no quede impune. Es lo que debe reclamar toda la sociedad, y en particular los amigos y compañeros de partido de la víctima, Renato Castillo.