¿Qué ha pasado con la Orden Departamental 33-19 del Ministerio de Educación, para establecer la equidad de género en la educación dominicana?
La orden fue firmada el 22 de mayo de este año, y fijó un plazo de 60 días para que una comisión estableciera la metodología que se utilizaría en la enseñanza pública en materia de equidad de género. El plazo de 60 días se cumplió el 22 de julio pasado. Han pasado ya cuatro meses de la emisión de la Orden Departamental.
El Ministro Antonio Peña Mirabal inicialmente fue claro y contundente en el sentido de la necesidad de aplicar la equidad de género, como un elemento de justicia y como una forma de contribuir, con otros organismos estatales, a reducir la violencia contra las mujeres y reducir las desigualdades notables que existen y perjudican a las mujeres.
Luego hubo un tono más moderado y conciliador, y hubo reuniones de los obispos con el presidente Danilo Medina, y a partir de ese momento comenzó a diluirse el asunto de la equidad de género. ¿En qué está el Ministerio de Educación en este momento con la equidad de género como eje transversal en la educación pública? No lo sabemos. Podríamos salir a preguntar, pero la sospecha es muy desilucionante: Pudo más la presión política que el deseo de que haya justicia con las mujeres, reiteradamente pisoteadas, en la sociedad dominicana.
Elaborado el diseño de la política de equidad de género, por el organismo designado por el ministro Peña Mirabal, se procedería a llevarlo al órgano correspondiente para su aprobación, es decir el Consejo Nacional de Educación. Eso no ha ocurrido. Posiblemente tampoco ocurra en estos meses que siguen.
Esa es la institucionalidad dominicana. Cargada de matices, simulaciones, presiones y deseos. Lo demás es puro teatro.