En septiembre del 2012, mediante el decreto 570-12, el presidente Danilo Medina revocó la autorización que había dado el anterior presidente, Leonel Fernández, para que la Corporación Portuaria del Atlántico explotara el potencial de negocio del Puerto de Manzanillo.

Ha pasado un año y el presidente Danilo Medina no ha presentado las cartas que se supone tenía en sus manos para desarrollar la región del cibao y en particular las 5 provincias que directamente se beneficiarían del proyecto que habían elaborado 77 accionistas, con el aval de 245 asociaciones y agrupaciones provinciales y municipales.

La miseria y el abandono es lo que rodea hoy día el Puerto de Manzanillo. Solamente tres embarcaciones a la semana llegan allí, sin prácticamente ningún impacto.

Los gestores del proyecto prepararon la “Estructuración Estratégica del Puerto de Manzanillo y del Área de Libre Comercio y Servicios”, y lo vincularon con la Estrategia Nacional de Desarrollo.

La idea era agilizar el comercio, aprovechar la ubicación geográfica y una infraestructura existente, para el intercambio comercial con el mundo. Un proyecto con seguridad, con sustentabilidad, en el que el Estado recibiría directamente los beneficios, se crearían 10 mil empleos y se pondría en actividad un comercio ampliamente esperado.

Pero el decreto 570-12 mató las esperanzas del desarrollo de ese proyecto, y frustró las inversiones inicialmente aportadas, superiores a los 20 millones de pesos.

El Presidente Danilo Medina tiene aún la posibilidad de repensar lo que realmente quiere hacer en su gobierno con el Puerto de Manzanillo, si es que está abierta todavía la idea de que todas las áreas deben ser impactadas por su gobierno.

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