El periodista Vianco Martínez escribió una semblanza, acompañada de una entrevista con el poeta dominicano Norberto James Rawlings, que Acento publicó esta semana. Es un trabajo exquisito y justiciero, pues tiene la virtud de recordarnos las palabras del poeta en el 2011, cuando accedió a ese diálogo, y situar la grandeza de un poeta en el centro de un país que olvida fácilmente y que no reconoce, en vida, a sus grandes escritores.
La obra de Norberto James Rawlings se conoce poco en República Dominicana. Quienes han tenido acceso a sus poemas conocen la calidad, profundidad y compromiso de este escritor. Ubicado en la generación de escritores post dictadura de Trujillo, Norberto se reconoce como poeta desde siempre y como resultado, también, de la guerra de abril de 1965.
Su gran poema es Los Inmigrantes, una pieza memorable, que ocupa un sitial destacado en todas las antologías de la poesía dominicana que se han hecho y que han circulado en diversos idiomas por el mundo. Y hasta músicos y cantantes adaptaron la poesía de Norberto y la hicieron canciones, como lo hizo Sonia Silvestre con la producción Sonia Canta los Poetas de la Patria.
El trabajo periodístico de Vianco Martínez está escrito con la pasión del que ama la poesía y del que reconoce tener ante sí a un gran poeta. Norberto, sin embargo, se siente uno más, con la humildad que le caracteriza. Se fue temprano a vivir y trabajar en los Estados Unidos, y nos dejó su obra que está escrita con sudor y sangre, con las vivencias de un hombre íntegro y humilde, que de cuando en vez es recordado.
Nunca ninguna Feria del Libro de Santo Domingo lo ha recordado. Tampoco ha recibido el Premio Nacional de Literatura, que otorga el Ministerio de Educación con la Fundación Corripío, y que tiene como jurado a un selecto grupo de rectores universitarios que todavía no se aproximan a la obra de este grandioso poeta.
El Ministerio de Cultura recibió los derechos para publicar las obras completas de Norberto James Rowlings. Ediciones Cielonaranja, que dirige Miguel D. Mena, entregó las obras completas, listas para ser publicadas, pero por situaciones desconocidas se hizo una edición a la que se cambió el título, y aún no se ha puesto a circular, o los libros ocupan algún espacio en uno de los tantos almacenes de libros salidos de imprenta que tiene la oficialidad dominicana, y que nadie conoce.
Recomendamos con firmeza a los rectores universitarios, miembros del jurado del Premio Nacional de Literatura, que tomen en cuenta la historia, la obra y el aporte extraordinario de Norberto James Rawlings, y le concedan el gran premio nacional en uno de los años por venir. Sería un acto de justicia con un poeta grandioso.