El virus de Chikungunya se ha convertido en una epidemia que afecta todas las actividades del país, muy especialmente las académicas y laborales, y que ha rebasado la capacidad de los centros médicos, públicos y privados, para dar atención a las tantas personas que día tras día sienten los primeros síntomas del virus.

Las autoridades debían poner atención a las informaciones ofrecidas por el presidente del Colegio Médico Dominicano, Pedro Sing, en el sentido de que la República Dominicana es vulnerable a tener el tipo de dengue número tres, que es mucho más gravoso que el conocido dengue hemorrágico.

Informaciones internacional han dado cuenta de una posible mutación del virus de la Chikungunya, que lo haría más resistente y que su tratamiento podría cambiar a una fórmula más complicada que la actual. El virus ha llegado a miles de personas, y se siente ya laboralmente por el ausentismo y por los efectos nocivos que trae en las familias.

El presidente de la República, Danilo Medina, convocó a su despacho a varios ministros y orientó a los ministerios a hacer frente a la propagación del virus con una campaña masiva de orientación, para lo cual fue necesario comprometer durante el pasado viernes a una gran cantidad de empleados públicos.

Esos empleados, sin embargo, no recibieron la orientación adecuada. Se les entregaron folletos que contienen algunos datos, pero era evidente que no tenían la capacidad ni las herramientas para orientar en forma adecuada a la ciudadanía.

El liderazgo del Ministerio de Salud para hacer frente a la propagación del virus no ha sido ostensible. Pareciera rebasado por los acontecimientos. Una primera versión del Ministerio de Salud era que el problema estaba controlado y que habría capacidad para sobrepasar la crisis. No ha sido así, y por eso el presidente Medina tomó el mando en sus propias manos.

El problema sigue, y se extiende. No sabemos hasta dónde podría llegar. El Estado no tiene capacidad para hacer frente, porque aunque centros médicos como la Plaza de la Salud, han anunciado apoyo gratuito para los afectados, no dan abasto ante la demanda de servicios.

El virus del Chikungunya tiene unas derivaciones que tardan meses en ser reparadas, especialmente en la parte de las articulaciones y los movimientos motores. En niños y en personas de la tercera edad las consecuencias son terribles.

Sugerimos al Estado una campaña permanente, que no termine hasta que haya una reducción significativa, porque ya todos sabemos que el mismo mosquito que transmite el virus del Chikungunya también transmite el dengue. El doctor Pedro Sing ha dicho que no podemos hablar de uno sin mencionar al otro, y que como el dengue es endémico, que lo tendremos siempre, también podría ocurrir que el Chikungunya se convierta en endémico. Por tanto, la campaña para eliminar el mosquito debe ser permanente.