El mundo conmemora este 8 de marzo el reconocimiento y la visibilidad de la mujer, con todas las implicaciones que lleva, desde apoyar sus luchas y reconocer sus derechos, hasta ser fieles compañeros en la batalla de construir una vida digna para todos y todas. Es el Día Internacional de la Mujer.
Sea por planificación estratégica de la campaña electoral o por pura coincidencia, los dos principales aspirantes a la presidencia de la República, el presidente Danilo Medina, y Luis Abinader, anunciaron la designación de sus respectivas compañeras de fórmulas, que son mujeres: La actual vicepresidente de la República, Margarita Cedeño de Fernández, y Carolina Mejía Gómez.
Cedeño de Fernández ha sido más ducha en la política, tiene más arraigo y dirige actualmente la política social del gobierno. Durante ocho años fue la primera dama y ha sido, incluso, aspirante a nominación presidencial por el Partido de la Liberación Dominicana. El presidente Medina al anunciar su designación para repetir en la boleta, valoró su trabajo, dedicación y entrega al trabajo social.
Carolina Mejía ha sido una militante y activista política, primero en el Partido Revolucionario Dominicano, y luego en el Partido Revolucionario Moderno. Acompañó a su padre, Hipólito Mejía, en varias campañas electorales, y durante el gobierno perredeísta mantuvo una distancia prudente de las cuestiones de Estado, siendo parte en algunas actividades donde le pedían incursionar. Carolina Mejía tiene formación y carácter, y por su destacada incursión en los últimos tiempos en las lides políticas fue seleccionada por el candidato del PRM, Luis Abinader.
Con estas designaciones la campaña electoral se engalana con la presencia de dos mujeres más en la contienda electoral. Ya están participando, como aspirantes a la presidencia de la República las candidatas Minou Tavarez Mirabal, de Alianza por la Democracia, y Soraya Aquino, del Partido de la Unidad Nacional (PUN). Cientos de mujeres aspirantes a posiciones en el Congreso Nacional y los municipios realizan una intensa labor en todo el país. Y ese es un empoderamiento positivo, que se sustenta en la aplicación de la ley de cuota femenina, algo que todavía los partidos políticos resisten y alegan dificultades para aplicar esa disposición.
Son muchos los problemas pendientes que tienen las mujeres como sector. En la educación son muchas más y avanzan más rápidamente que los hombres. En la economía hay rezagos significativos, de acuerdo con el Centro de Género del INTEC, que ha dicho que el 31% de las mujeres depende económicamente de otras personas y que los ingresos promedios de las mujeres representan apenas el 71% de los ingresos promedios que tienen los hombres. Es la evidencia de la desigualdad.
Los temas de más debate, por ejemplo, relacionados con la salud de las mujeres, siguen sin cambios significativos. La mortalidad materna en la República Dominicana está en un 30% por encima de los niveles de la región del Caribe y América Latina. La primera de las razones de causas de muerte de las mujeres es obstétrica (71%), seguida de toxemia (22%), hemorragias (15%) y abortos (13%). Y las políticas de salud pública siguen siendo tímidas para hacerle frente a estos fenómenos letales para las mujeres.
La violencia intrafamiliar, de género y delitos sexuales, que afecta directamente a las mujeres, es una epidemia en la República Dominicana. Solo en el año 2015 hubo 67,187 casos de violencia de género, intrafamiliar y delitos sexuales. Las muertes de mujeres por la violencia y salvajismo de sus maridos, novios y relacionados es vergonzosa para la sociedad dominicana: 277 crímenes contra mujeres en el año 2015.
No se trata únicamente de conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Ni siquiera de celebrar que se escojan mujeres como candidatas a la vicepresidencia de la República. Lo que realmente vale, lo que importa, es que los crímenes contra las mujeres se reduzcan al mínimo, que las diferenciales salariales por razones de género desaparezcan, y que las políticas de salud y otras políticas públicas sean más inclusivas y tomen más en cuenta la dignidad y capacidad de decisión de las mujeres.