Desde hace decenios, todos los gobiernos post Balaguer, tienen una deuda cultural con San Francisco de Macorís.
La ciudad principal de la provincia que honra con su nombre al Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, fue ofendida cuando durante los gobiernos balagueristas de los 12 años le destruyeron el edificio de su Escuela de Bellas Artes, con la promesa de que se construiría un nuevo local, más moderno y amplio.
En su lugar, el gobierno de Joaquín Balaguer construyó el Palacio de la Policía para la Comandancia Nordeste. En esa época, esa comandancia fue la responsable de asesinatos, torturas y desapariciones de jóvenes francomacorisanos y de otras provincias del Cibao Oriental, entre ellos artistas y gestores culturales.
Desde entonces, la Escuela de Bellas Artes fue enviada a un estrecho local, improvisado, que no reúne las condiciones mínimas para la enseñanza de las artes. La promesa era que pronto se construiría un nuevo local, pero Balaguer incumplió.
Como se rememora, San Francisco de Macorís fue uno de los pueblos que con ahínco y tesón combatió la tiranía disfrazada de democracia de Joaquin Balaguer, y éste régimen se lo hizo pagar caro, con vidas, destrucciones materiales y largas persecuciones.
Por eso es tan sensible en San Francisco de Macorís el asunto de la construcción de una plaza de la cultura.
Es un reiterado reclamo de esta población y al mismo tiempo una promesa tan repetida como incumplida por todos los gobiernos que se ha sucedido desde las destrucción de la Escuela de Bellas Artes, comenzando por la administración perredeísta de Antonio Guzmán, y siguiendo por Salvador Jorge Blanco, Joaquín Balaguer, cuando retornó al poder tras ocho años en la oposición, Leonel Fernández, Hipólito Mejía, de nuevo Leonel Fernández y ahora Danilo Medina.
La provincia Duarte cuenta con dos universidades, ha aportado al país, además de una gran cantidad de próceres y mártires por la libertad del pueblo dominicano, artistas de la categoría de Hilma Contreras (primera mujer Premio Nacional de Literatura) Iván Tovar, Félix del Rosario, Francisco Alberto Simó Damirón, Gaspar Cruz Polanco, Bienvenido Brens, Mariano Eckert, Manuel Simó, Alfredo Fernández Simó, entre otros.
Este reclamo de los artistas, educadores y gestores culturales de San Francisco de Macorís es válido y atendible, sobre todo cuando se toman en cuenta estos antecedentes.
Recientemente, el ministro de Cultura, José Antonio Rodríguez, estuvo de visita en San Francisco de Macorís, donde se reunió con el comité que lidera el reclamo de la construcción de la plaza de la cultura, que incluiría el local de la escuela de bellas artes.
El ministro Rodríguez dijo que no había fondos disponibles para complacer el reclamo de los francomacorisanos y se mostró partidario de otras opciones para el trabajo cultural, sin la inversión en la construcción de la referida plaza.
Este hecho ha motivado a los artistas y gestores culturales de San Francisco a pedir a la Sala Capitular de su alcaldía que declare persona no grata a José Antonio Rodríguez.
Nos parece una petición un tanto extremista, aunque entendemos la justeza del reclamo de los francomacorisanos con relación a la plaza de la cultura.
Evidentemente que el ministro de Cultura no fue lo suficientemente informado sobre lo sensible que históricamente ha sido este asunto en San Francisco de Macorís, y al ofrecer su punto de vista lo hizo a partir de la realidad financiera del ministerio a su cargo, sin dar esperanzas de que se podían explorar vías de solución o diligenciar los fondos ante la Presidencia de la República.
Proponemos que los artistas y gestores culturales de San Francisco de Macorís se reúnan nuevamente con el ministro José Antonio Rodríguez, que se hagan las paces y que se exploren algunas posibilidades. Podría ser que el Gobierno aporte una parte de los recursos, y el sector privado de San Francisco de Macorís también colabore.
¿No merece un trato especial un pueblo que en estos tiempos protesta por exigir una obra para cultivar las artes y la cultura y que reclamar castigo a la corrupción?
Talvez, incluso el Gobierno pueda viabilizar que desde el Ministerio de Educación, que cuenta con dinero gracias a la ley que le consagra el 4% del PIB, se aporte una porción de recursos, porque la cultura también es parte esencial en la educación de los pueblos.
Si fuera necesaria una mediación para que se dejen atrás las diferencias entre el ministro de Cultura y los artistas y gestores culturales francomacorisanos, este medio podría servir de canal para ese reencuentro.
Mientras tanto, pedimos que, en un gesto de buena voluntad y apertura al diálogo, se retire el pedido de declaración de José Antonio Rodríguez como persona no grata en San Francisco de Macorís.
Con la conversación oportuna y franca se logrará mucho más, para San Francisco de Macorís y para toda la República Dominicana.
Y desde el Gobierno se debe comprender lo que significa para San Francisco de Macorís el reclamo de su plaza de la cultura. La provincia Duarte cuenta con dos universidades, ha aportado al país, además de una gran cantidad de próceres y mártires por la libertad del pueblo dominicano, artistas de la categoría de Hilma Contreras (primera mujer Premio Nacional de Literatura) Iván Tovar, Félix del Rosario, Francisco Alberto Simó Damirón, Gaspar Cruz Polanco, Bienvenido Brens, Mariano Eckert, Manuel Simó, Alfredo Fernández Simó, entre otros.
Asimismo, intelectuales de la categoría de Franklin Franco, el políglota y lingüista Roberto Guzmán, Fabio Guzmán Ariza, el arquitecto Emilio José Brea, entre muchos más.
Esto sin mencionar a grandes mujeres y hombres en la política, el derecho, la medicina, la arquitectura, la economía y la educación.
Además, ¿no merece un trato especial un pueblo que en estos tiempos protesta por exigir una obra para cultivar las artes y la cultura y que reclamar castigo a la corrupción?