República Dominicana deberá poner atención sobre el proceso electoral en Haití, y procurar que haya elecciones y que de esa contienda surja un presidente legítimo, que esté interesado en el diálogo y en la cooperación con nuestro país.
Las elecciones del 9 de agosto pasado no dejaron claro el panorama electoral haitiano. El 25 de octubre es la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Si no hay un ganador en primera vuelta, los haitianos deberán volver a las urnas el 29 de diciembre.
Los grupos que se oponen a las elecciones, quienes ahora reclaman la renuncia del Tribunal Provisional Electoral y desconfían de todo lo que se hace para que haya elecciones, están apostando al caos. Ya el Gobierno del presidente Michel Martelly está agotado, carece de un congreso, y el primer mandatario gobierno fuera de tiempo y por decreto. Su extensión en el mando es insostenible y podría derivar en una tragedia.
El gobierno dominicano es el más interesado, o debía serlo, en que las elecciones en Haití sean exitosas. Somos los principales receptores de migrantes de Haití, y además tenemos una frontera común de casi 400 kilómetros. Como vecinos nos afecta la crisis humanitaria que sufre Haití, por el desempleo, el hambre, la falta de oportunidades, las enfermedades y la desesperanza.
Recientemente hemos visto, según denuncia de un diario haitiano, que la medida tomada por las autoridades de Haití, de prohibir la entrada por tierra de 23 productos desde la República Dominicana, fue un negocio para favorecer al candidato del partido del presidente Martelly.
Nuestro empeño debe ir dirigido a posibilitar las elecciones, y que gane el candidato presidencial que presente mejores credenciales para el diálogo y las buenas relaciones con la República Dominicana. Claro, les toca a los haitianos hacer su propia elección, como país soberano que son.
Aparentemente por los datos preliminares de que se dispone, los candidatos posibles de ser electo, para una segunda vuelta electoral son Jude Celestin, de la Liga Alternativa por la Paz de Haití (LAPEH), con apoyo del ex presidente René Preval, y Jovenal Moise, del Partido Haitiano Tet Kale (PHTK), que cuenta con el apoyo del presidente Martelly. La distancia en simpatías electorales entre ambos es relativamente amplia. Hay otros aspirantes como posibilidades de sorpresas, entre los que se encuentran Jean Charles Moise, Jean Henry Céant, Mario Andresol y Maryse Narcisses.
Corresponde al gobierno dominicano poner atención a este proceso electoral en Haití, y ayudar en la medida de sus posibilidades a que esas elecciones sean transparentes y resulten exitosas. Estados Unidos, Francia, Unión Europea y las Naciones Unidas también están comprometidas con ese propósito, de manera que no se trata de una injerencia externa, sino del apoyo a un propósito de la comunidad internacional que apoya a Haití.