Cada vez que las autoridades anuncian que han descubierto la existencia de una red de narcotráfico y lavado de activos ilícitos o cuando apresan a los cabecillas de esos grupos del crimen organizado, se afirma que se ha dado "otro golpe al narcotráfico". Casi siempre estas operaciones se llevan a cabo con la ayuda de las autoridades de Estados Unidos u otros países.

Por otro lado, cada fin de semana la Policía Nacional informa de los apresamientos de decenas de personas en barrios pobres, a las cuales se les acusa de consumo, compra y venta de pequeñas porciones de marihuana, cocaína, crack, éxtasis u otras drogas prohibidas.

Hay estudios, investigaciones nacionales e internacionales que demuestran que el enfoque de guerra dado al problema de las drogas ha ocasionado un fracaso total.

No sabemos cuánto del presupuesto nacional se gasta en la llamada guerra contra las drogas, costosa guerra importada.

Lo que está claro es que en la República Dominicana, como ocurre en Estados Unidos y otros países, la persecución, apresamiento y a veces muerte de grandes o pequeños vendedores de drogas ilícitas, al igual que la represión contra el consumidor (dependiente o no) no está dando los resultados deseados. ¿O en verdad esos son los deseados?

En lugar de disminuir el narcotráfico grande y pequeño, y en lugar de disminuir el número consumidores ocasionales o dependientes, los hechos demuestran que van en aumento.

Una frase que se ha convertido en lugar común expresa que no se pueden lograr resultados distintos repitiendo las mismas acciones.

Hay estudios, investigaciones nacionales e internacionales que demuestran que la política de los gobiernos sobre el problema de las drogas ha ocasionado todo el desastre de los grupos criminales que matan sin piedad, que corrompen autoridades y poblaciones, y que toman zonas y poblaciones como ejércitos en guerra.

Todo esto bajo un prisma de hipocresía, que condena el tráfico de drogas Sur-Norte, pero no mira el tráfico de los insumos para procesar las drogas y las armas, lanchas y aviones que se trafican Norte-Sur, en todo el planeta.

En consecuencia, es hora de cambiar el enfoque. Que bastante caro que nos está costando esta dichosa guerra.