No son optimistas las versiones que hemos comenzado a escuchar de economistas y especialistas en asuntos tributarios acerca del documento que ha circulado, como si se tratara de una propuesta oficial, para modificar el sistema tributario de la República Dominicana.
Los economistas reconocidos, como Héctor Guiliani Cury, reconocen las buenas intenciones del presidente Abinader, y su honestidad en la administración pública en el año y dos meses que lleva. Sin embargo, le dice al presidente que se retire del día a día y reflexione sobre las otras posibles opciones, porque los asesores que tiene no le están dando todo el cuadro. No podemos olvidar que el presidente Abinader, además de una licenciatura en economía en INTEC, tiene un post grado en negocios en una universidad de los Estados Unidos.
Si los dos documentos que han circulado son sólo un esfuerzo para conocer las reacciones de los diversos actores, los responsables de estudiar los motivos de cada uno de los que respondan a estos documentos, tienen un arduo trabajo por delante. El economista Guiliani Cury, que ha trabajado para varios organismos internacionales y se formó en Canadá, ha dicho que el presidente podría autoinmolarse con la aprobación de una propuesta de choque como la que se le ha presentado.
La noche de este lunes Homero Figueroa, vocero de la presidencia de la República ha dado una escueta declaración en la que pone las cosas en su lugar: “El gobierno dominicano, hasta ahora, no ha divulgado de manera formal o informal, ninguna propuesta relativa a una reforma fiscal”, con lo que queda descartada como documento oficial la data con 94 páginas en Power Point que han sido lanzadas como un informe de trabajo con la simbología de la presidencia.
Mucho se ha hablado sobre la insostenibilidad de la deuda y el ritmo de endeudamiento que hemos seguido, no sólo por la pandemia, sino desde que el Partido de la Liberación Dominicana asumió el poder en 2004 y muy particularmente desde que Danilo Medina asumió la presidencia en el 2012 hasta el 2020, una etapa en que la economía crecía, el turismo se incrementaba y las remeses crecían, sin que el panorama económico presentara nubarrones como finalmente se presentaron con la llagada del Covid-19 y sus secuelas.
La actual administración debió asumir el mando en agosto del 2020, en medio del Estado de Emergencia y con las primeras noticias de que habría vacunas para hacer frente al Covid-19. El Estado ha tenido que hacer frente a todos los desafíos, incluyendo la inflación desatada, la nueva guerra fría entre Estados Unidos y China, y la necesidad de seguir fomentando las inversiones privadas y la sostenibilidad del turismo.
Se podría añadir nuevas ideas y recomendaciones sobre el problema fiscal, la insuficiencia de los recursos estatales para hacer frente a los desafíos de la sociedad, pero va resultando innecesario si el gobierno desmiente que sea suyo el documento con las ideas sobre cambios en el esquema fiscal dominicano. Un pasatiempo más, aunque haya venido vestido con la simbología del nuevo gobierno.