Probablemente nunca sabremos la dimensión del daño a la salud de los ciudadanos del Distrito Nacional, donde reside el 40 por ciento de la población de la República Dominicana, causado por la humareda proveniente del vertedero de Duquesa.

Las personas con asma, con insuficiencia respiratoria, y los afectados por hipertensión y diabetes que sufren intoxicación por la humareda no sabrán nunca, tal vez, que el agravamiento de sus dolencias se debió a la inhalación de humo proveniente de Duquesa, en horas de la madrugada, mientras dormían, y algunos fallecieron o tuvieron que ser trasladados en crisis a una unidad de emergencia de cualquiera de los centros de salud de la capital.

En Estado de Emergencia, con toque de queda incluido, trasladar a una persona en la madrugada a recibir atención médica no es cualquier cosa. Se expone a ser detenido por agentes policiales, al riesgo de que el aquejado fallezca, o a un tratamiento prejuiciado en los centros de salud: Todo el que llega a buscar emergencia por insuficiencia respiratoria en este tiempo, es sospechoso de Covid-19.

Las autoridades deben saberlo. Todo el enfermo aquejado por Duquesa es sospechoso de virus y por tanto sufre lo que es ya una tortura: atención como contagiado, alejamiento, poca solidaridad, y lo más doloroso, que personas desvalidas, como una anciana de 92 años, que no podía ni caminar, cuando fue entregada al personal de salud de una clínica, fue recibida y dejada sola para trasladarse y que se recostara en una cama, mientras la enfermera caminaba con muchos pasos adelante, sin percibir el riesgo de que la infectada por insuficiencia respiratoria se cayera y sufriera algún daño. Al final el diagnóstico fue espasmo respiratorio como consecuencia de la inhalación de humo del vertedero de Duquesa.

Duquesa es un peligro público hace muchos años. Lleva tres décadas en operación, y a su alrededor ha habido todo tipo de corrupción. Al final los ministerios de Medio Ambiente y Salud Pública asumieron la responsabilidad de mantener el control de Duquesa, pero no han rendido ni han encontrado la solución. En enero pasado el presidente Medina emitió el decreto 21-20, con el que creó la Comisión Presidencial para la Reestructuración del Vertedero de Cielo Abierto de Duquesa, integrado por 15 instituciones. El coronavirus llegó y no hay nada que pueda ofrecer esa comisión.

Los daños serios a la salud que provoca el coronavirus se combinan ahora con las micropartículas que salen con la humareda e invaden Santo Domingo y el Distrito Nacional, cuando cambia la dirección de viento en horas de la madrugada, para traer los tóxicos del norte hacia el sur, y aquí estamos todos en calidad de prisioneros, víctimas de todos las tragedias que nos dañan: Coronavirus, humareda de Duquesa, intoxicaciones por Clerén, y cierre de empresas y quiebra de actividades que antes fueron sustento de miles de familias.

Unos 200 camiones diariamente depositan alrededor de 4 mil toneladas de basura en Duquesa. El gobierno permitió el descalabro de la estructura existente, con el manejo profesional y con recursos del vertedero, y la empresa que lo administró se fue del país y presentó una demanda por 300 millones de dólares contra el Estado. Duquesa produce muchos millones de pesos. Los desperdicios son utilizados para exportación, con el reciclaje que allí se realiza. De allí salen 500 mil libras de plástico, miles de libras de cartón, metales, cristales, pero hace más de un año que el depósito de basura no recibe atención, el necesario relleno de caliche.

Si los incendios fueron provocados por manos criminales no lo sabemos. No es un incendio. Son varios incendios en puntos distantes. El vertedero de Haina, zona industrial, tiene dos meses incendiado y no ha podido ser apagado. El de Duquesa no ha podido ser apagado. El agua no lo apaga. Revolver la basura no lo apaga. Las palas mecánicas no son solución. Tal vez el caliche pueda ser una solución. El Ministerio de Obras Públicas ha dicho que el 60% del fuego está bajo control, y que la humareda está controlada en un 40 por ciento. Es poco lo que está diciendo. No alienta, pues esos son los datos que teníamos hace una semana. El incendio no es en toda el área del vertedero, sino en zonas estratégica, y se trata de un fuego subterráneo, que esparce humo todos los días, y que cuando el viento es norte-sur lo sentimos en Santo Domingo.

Algunos, con pesimismo, dicen que tendremos humareda por varios meses. Sería más trágico todavía. Confiemos que el gobierno dedique recursos y haga esfuerzos consistentes para resolver el incendio y paralizar la corrupción en torno a Duquesa. Dos grandes tareas.