Ya tenemos nueva Constitución de la República, distinta de la que se aprobó y proclamó en el año 2010. La diferencia es que, la Constitución del 2010 -con la contribución de Danilo Medina- erradicó la reelección presidencial por un período y nunca más, como había sido aprobado en 2002, con un enorme esfuerzo del entonces presidente Hipólito Mejía.
Leonel estaba impedido de optar por una segunda reelección, y aunque dijo que desistía de ella por voluntad propia, en realidad los poderes fácticos nacionales y extranjeros se lo impidieron, incluyendo a Danilo Medina que contaba con una fuerza importante dentro del PLD para impedir o hacer más difícil que de nuevo se introdujera la reelección presidencial.
La Asamblea Revisora de la Constitución sesionó este viernes y aprobó modificar el artículo 124, en segunda lectura, para permitir por esta única vez la repostulación de Danilo Medina, quien no podrá jamás volver a ser candidato presidencial ni vicepresidencial.
No olvidemos que con la Consitutición de 2002 Hipólito Mejía, primero, y Leonel Fernández, después, quedaban descartados de por vida para optar por una candidatura presidencial, toda vez que agotaron sus dos oportunidades. Sin embargo, con el cambio constitucional en el 2010 se les permitió retornar a la arena electoral, y poder repostularse. Por eso Hipólito Mejía pudo ser el candidato presidencial por el Partido Revolucionario Dominicano, en 2012, y Leonel Fernández quiso ser el candidato presidencial por el PLD para el 2016.
¿Hay alguien que crea que este asunto de la reelección termina en esta reforma? Lo dudamos. Con toda seguridad que el país seguirá con este tema, con mucho activismo político…
A partir de ahora se comienza a cerrar un círculo. Se entiende que Danilo será candidato presidencial por nueva vez, a la reelección, y nunca más podrá optar otra vez. Quien le sustituya en el 2020, si es que Medina gana las elecciones del 2016, podría optar por una reelección y nunca más. Y así sucesivamente.
En el hipotético caso de que Danilo perdiera las elecciones del 2016, y las ganara Luis Abinader, candidato del PRM, Guillermo Moreno, candidato de Alianza País, o cualquier otro, sí podrían optar por una reelección. Eso es lo que establece la nueva Constitución a ser proclamada este sábado 13 de junio.
¿Hay alguien que crea que este asunto de la reelección termina en esta reforma? Lo dudamos. Con toda seguridad que el país seguirá con este tema, con mucho activismo político y muy especialmente utilizando los recursos del Estado, que es con lo que se logra convencer rápidamente a una comunidad política tan variada e interesada como la dominicana.
Desde el 19 de abril del 2015, cuando el Comité Político del PLD aprobó que se proponga la modificación de la Constitución para que Danilo pudiera repostularse a la presidencia, hasta este viernes 12 de junio, apenas han transcurrido 54 días. La celeridad en esta reforma es verdaderamente asombrosa, en un país en que acostumbramos a tardar 10 años para aprobar una ley que beneficie al colectivo dominicano, como ocurrió con la Ley de Seguridad Social, y con la Ley de Servicio Civil y Carrera Administrativa. Y ni qué decir de la Ley de Partidos.
Es un récord apreciable, digno de uno de los almanaques que recogen esfuerzos asombrosos y rompimiento de estándares mundiales. Lo acaba de lograr el Congreso Dominicano, en función de Asamblea Revisora de la Constitución.
¿Que cómo ha sido posible? Solo habrá que imaginarlo, porque el equipo de gobierno dedicó tiempo y esfuerzo para esta conquista, en especial para aplastar a un ex presidente que se había pertrechado con las nuevas altas cortes para retornar al poder en 2016.
La gente pensaba que Danilo estaría calentándole la silla presidencial por 4 años a Leonel Fernández. Y Danilo casi dejó pensar a propósito que eso sería posible. En su lenguaje popular y figurado, lleno de fuerza, la gente suele decir que Danilo Medina “se hizo el pendejo”, y Leonel se lo creyó, como si estuvierse convencido de que volvería al poder llevado por los vientos poderosos que vaticinaban su regreso al Palacio Nacional.
Pues no ha sido así. La política a veces cambia rápidamente la dirección de los vientos, y ahora ha sido posible para beneficiar a Danilo Medina, un hombre que todavía no le ha dicho una sola palabra al país de para qué quiere la reelección. Solo habla a través de lo que dicen los funcionarios reeleccionistas, y por supuesto con los hechos, que son más elocuentes que las palabras.
Danilo no quería una reelección. No le interesaba. Danilo renegó de esa posibilidad y dijo que aquellos que se reeligen contravienen los sentimientos democráticos e impiden que el país avance. Fue muy elocuente con su sinceridad al expresarse de un modo tan contundente sobre la reelección. Pero ahora avanza a pasos acelerados por ella.
El PLD tendrá que hacer su proceso interno de selección del candidato presidencial. ¿Quién le hará frente a Danilo Medina? Nadie, probablemente, a menos que Leonel Fernández, contra viento y marea, se anime y quiera probar fuerza en las bases de ese partido, que él preside. Pero su realidad es muy distinta a lo que se pensaba antes del 19 de abril.
El presidente Medina ha logrado un prodigio tan extraordinario que está organizando una coalición de por lo menos 23 partidos políticos reconocidos, para que lo lleven en la boleta electoral, con las únicas excepciones del PRM, el Frente Amplio, Alianza País y algunas pocas organizaciones más.
Si eso no es una proeza digna de registrarse como un récord, qué lo sería.
Sin embargo, Danilo tendrá que justificar su cambio de posición. Tendrá que decir para qué venció con un Estado como el que dirige a su compañero y presidente del PLD, Leonel Fernández, que sí podía ser candidato presidencial sin modificar la Constitución.
Danilo tiene que justificar lo que desea hacer en una posible nueva gestión suya, porque el país necesita y demanda transformaciones profundas, que no se ven como parte de las políticas públicas del gobierno de Medina, en los 3 años que lleva al frente del gobierno. El Congreso ha votado todo el tiempo a su favor, no ha tenido oposición, cuenta con el apoyo de los sectores empresariales y sociales. Si ha sido tan positivo el apoyo al gobierno, ¿por qué no ha emprendido cambios sustanciales, para beneficio de la sociedad dominicana?