La fiscal de la provincia Santo Domingo, Olga Diná Llaverías ha rendido un informe, la noche de este domingo, sobre el crimen contra el abogado Yuniol Ramirez, en el que se identifica como funcionarios de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses (OMSA), a los autores materiales e intelectuales del horrendo crimen ocurrido el pasado 11 de octubre.
No puede escapar el dato de que el director de esa entidad gubernamental habría aceptado pagar la suma de 4 millones de pesos a Yuniol Ramirez, como precio del chantaje para que él no siguiera denunciando los actos de corrupción que en ese departamento se estarían cometiendo.
La investigación debe seguir y profundizar más en los motivos y los autores del crimen. Si fue el director que aceptó pagar 4 millones de pesos como chantaje, entonces hay un grave delito de corrupción en marcha en la OMSA. Si hubo funcionarios de la OMSA que decidieron terminar con la vida del abogado Yuniol Ramírez, es lógico pensar que el director de la OMSA ofreció esas informaciones a esos funcionarios y hasta que impartió la orden de asesinarlo.
Hay muchos elementos en esta conclusión de la Policía Nacional y del Ministerio Público. Manuel Rivas Medina es dirigente del Partido de la Liberación Dominicana. No es un tonto, y debió suponer los riesgos a los que se exponía mandando a funcionarios a cometer un hecho como este, o llamando a empresarios para iniciar el pago del soborno.
Los familiares de Yuniol Ramirez niegan el soborno. Aducen que ahora el Ministerio Público y la Policía Nacional quieren asesinar otra vez, ahora moralmente, a su pariente. Entienden que Manuel Rivas ordenó el asesinato por la denuncia que ya había hecho Yuniol sobre los actos de corrupción en la OMSA.
Si realmente hubo soborno, y como reveló Olda Diná Llaverías, se entregó una primera partida de un millón de pesos a Yuniol Ramirez, será posible determinar si ese dinero se recibió, si fue depositado en algún banco o cual fue el curso que tuvo ese dinero en las manos del ya fallecido.
Será posible saber más sobre este elemento, y por supuesto en mediador entre el director de la OMSA y el abogado tiene que ofrecer información que ayude a las autoridades a sostener su versión.
La rueda de prensa de este domingo en la tarde fue atropellada. Olga Diná Llaverías ofreció su versión por escrito, pero dejó entrever dudas y vacíos en la investigación, en particular en lo que respecta a la participación de Manuel Rivas. Parece que quiso decir que los autores de la muerte de Yuniol Ramirez actuaron por cuenta propia, sin tener ningún mandato del principal afectado por las denuncias públicas de corrupción en la OMSA.
La versión de cómo sucedieron los hechos relacionado con el secuestro y crimen de Yuniol, la ofreció el general Pablo Pujols, un hombre de gran experiencia, curtido en investigaciones criminales. Decidió improvisar con un relato sesgado, limitado, cargado de imprecisiones, y generando un mar de dudas. El vocero de la Policía Nacional no permitió más que dos preguntas, y así lo dijo desde el principio de la rueda de prensa, y esa decisión se cumplió al pie de la letra.
Esperamos que este lunes las autoridades ofrezcan nuevos elementos de la investigación en marcha, y sean un poco más precisas con los datos que ofrezcan, en particular sobre la forma en que se tomó la decisión de asesinar a Yuniol Ramirez.
Prematuramente hay que concluir que la muerte de Yuniol Ramirez ocurrió por los actos de corrupción que se denuncian en el Estado, y sobre los que precariamente se actúa, pese a todas las promesas, todas las instancias oficiales que existen para supervisar y vigilar que no se cometan estas vilezas. Hay que atribuir a la corrupción también la muerte del arquitecto David Rodríguez García, muerto en un baño de la OISOE, así como las muertes de los locutores Luis Manuel Medina y Leo Martínez, quienes fueron asesinados por José Rodríguez, quien también murió luego a manos de la Policía Nacional.
Si en el gobierno no hay preocupación por este nuevo desenlace, entonces pongámonos en las manos de Jehová o de la Virgen de la Altagracia, para que nos protejan de lo que le viene encima a la sociedad dominicana.