Haití sigue siendo centro de atención de la comunidad internacional.

El llamado Core Group o Grupo Central, que integran Naciones Unidas y las grandes potencias, ha emitido un comunicado muy breve, el fin de semana, en que brindan su apoyo al Primer Ministro designado por el asesinado presidente Jovenel Moise, Ariel Henry, y le quitan el apoyo al Primer Ministro saliente -pero que ha seguido activo y al frente del gobierno- Claude Joseph, y sobre el que cada día caen más pruebas que lo implican en el magnicidio.

El Grupo Central está compuesto de embajadores de Alemania, Brasil, Canadá, España, Estados Unidos de América, Francia, Unión Europea, Representante Especial de la Organización de Estados Americanos y de la representante especial de la Secretaría General de Naciones Unidas.

Han dicho claramente que es a Ariel Henry, y no ha Claude Joseph, a quien corresponde formar gobierno provisional y trabajar para organizar elecciones. No es una tarea fácil. Se requerirá por lo menos dos años para organizar elecciones creíbles y con algo de transparencia.

La primera dama herida regresó a Puerto Príncipe el fin de semana, para participar en el sepelio de su esposo. Martine Marie Étienne Moïse es también política. Hay mucha atención hacia ella, que ha dado testimonios de cómo ocurrieron los acontecimientos violentos que le quitaron la vida a su esposo y que la hirieron a ella en su brazo derecho.

¿Cuáles serán los próximos pasos de la viuda de Moise, hasta ahora nadie los sabe, pero podría ser una candidata a la posición que ocupó su marido hasta el pasado 7 de julio. Ella puede convertirse en un factor importante para el conocimiento de los autores intelectuales del magnicidio.

Jean Bertrand Aristide, ex presidente y líder del partido Lavalás, regresó también el fin de semana a Puerto Príncipe, desde Cuba, donde se encontraba afectado de Covid-19, y donde su señora madre falleció. Ese es otro factor que habría que ponderar para la búsqueda de un acuerdo que ponga a Haití sobre rieles de pactos o acuerdos políticos.

La semana que acaba de pasar numerosas organizaciones democráticas de Haití, intelectuales, representantes de partidos políticos, senadores, representantes de Iglesias, emitieron un comunicado llamando a la calma y a no dejarse manipular, en obvia referencia al Primer Ministro Claude Joseph:

"Pedimos a la población que mantenga la calma y no ceda a ninguna manipulación. No demos al autoproclamado poder ningún pretexto para pedir el apoyo de una intervención extranjera”. Se trata de algo que Joseph solicitó al gobierno de Estados Unidos y que fue rechazado por el presidente Joe Biden.

Dicen que el 6 de julio, antes del asesinato del presidente Moise, se produjo un golpe de Estado perpetrado por individuos de Haití con apoyo de organismos internacionales. Dicen que "el propósito de este golpe de Estado es renovar y fortalecer el sistema tradicional que ha engendrado injusticia y exclusión”.

Se declaran en sesión permanente para buscar una salida a la crisis, y dicen que “pedimos a los sectores internacionales que reconocen que corresponde a los haitianos resolver los problemas de Haití que aporten una solidaridad sincera para la solución de estos problemas”.

Este domingo el gobierno dominicano emitió un comunicado con recomendaciones de cómo afrontar la crisis haitiana. Con cautela y claridad pidió a la comunidad internacional que contribuya a apoyar un "gran diálogo nacional" en Haití, lo que considera como la mejor vía para solucionar la crisis en el país vecino desatada por el asesinato del presidente Jovenel Moïse.

Ve la necesidad de elecciones transparentes, lo que sólo sería posible con un diálogo político inclusivo. “Un proceso electoral justo, libre, transparente y competitivo en Haití "a partir de un diálogo político amplio, inclusivo, sostenido y de buena fe", permitiría restaurar "la legitimidad democrática y la institucionalidad”, ha dicho el gobierno dominicano.

El compromiso de los haitianos es más que obvio, pero la comunidad internacional no puede abandonar a los haitianos, tiene que apoyarles ya sea mediante la moderación del diálogo o mediante el apoyo directo para la reconstrucción de ese país.