Hoy es un día de luto para el periodismo dominicano. Siempre habrá que recordarlo, pues un día como hoy, 17 de marzo de 1975, fue asesinado el periodista Orlando Martínez, entonces director de la Revista Ahora y columnista del diario El Nacional.

Orlando fue un ejemplo de militante social y político. Asumió causas políticas, defendió con su pluma cuanto entendía merecía el respeto y el crédito de sus comentarios, se convirtió en un referente importante con sus Microscopios, y se sabe que hizo incomodar a los señores del poder. Y por eso lo asesinaron. Y asesinaron a su hermano Edmundo. Y su familia y el país sufrieron con el martirologio de Orlando.

Han pasado 36 años de aquel crimen, y la memoria del país guarda con respeto su imagen serena y punzante. Joaquín Balaguer, que escribió en sus memorias que dejaría a la posteridad la revelación de quiénes cometieron el asesinato, al parecer falló en su interés de mantener la impunidad de los que mataron al periodista.

La justicia dominicana reveló los detalles del asesinato, pudo en evidencia las complicidades que se dieron, y hasta tocó las puertas de los autores intelectuales, sin llegar a tocarlos. Los autores materiales cumplen la pena que le corresponde. Nunca el tiempo de cárcel para un asesino será remedio para devolver una vida, y más si se trata de alguien llamado Orlando Martínez. Pero algo es algo, y la justicia que solicitó siempre la familia comenzó a hacerse realidad desde 1997.

Nuestras reverencias a Orlando Martínez y el mayor respeto al tipo de periodismo que hizo, comprometido con las causas nobles de la sociedad dominicana. Siempre vivirá en el recuerdo.