El fallecimiento de Sonia Pierre, este domingo, es una triste noticia para quienes defienden los derechos humanos y desean que en la República Dominicana se respeten los derechos de las minorías, sean nacionales, raciales, religiosas o sexuales.
Sonia Pierre, de apenas 48 años, fallece en un momento importante para los grupos domínico-haitianos que reclaman el reconocimiento de sus derechos en las diversas instancias del Estado dominicano y de organismos internacionales, a los que debieron acudir cuando creyeron cerradas las puertas de la justicia dominicana.
Sonia Pierre nació en Villa Altagracia, pueblo en que la sorprendió la muerte este domingo, en una finca que poseía allí, donde también creció con sus padres, picadores de caña del ingeniero Catarey. Había nacido en 1963 y muy rápidamente aprendió los ideales de justicia y equidad, y luchó por ellos no solo para sí y su familia, sino para todos los que sufrían su particular situación: negra, pobre, segregada y marginada.
Sonia Pierre creó el Movimiento de Mujeres Domínico Haitianas (MUDHA), a través del cual se expresó y lanzó las demandas de miles de mujeres en todo el país, que padecían y siguen padeciendo de discriminación por el color de su piel o por su descendencia haitiana.
La pobreza y la segregación la persiguieron siempre. Fue reconocida en numerosas instancias internacionales, incluyendo el poderoso Centro Kennedy, que hizo bastante por apoyarla e impulsarla en su demanda. En el año 2007, mientras recibía un reconocimiento en Washington, le detectaron problemas cardíacos y la sometieron a una operación le ayudaría a sobrellevar el ritmo de trabajo que le imponía su particular situación.
También asistió a Cuba en procura de atenciones médicas que le redujeran el riesgo de un infarto. Contrario a lo que algunos pudieran pensar, para hacer el trabajo que hizo, para llevar sobre sus hombros el peso de tanta gente, a favor y en contra, Sonia Pierre necesitaba una fortaleza espiritual y de conciencia muy fuerte. Y la tenía. Era una mujer firme en sus convicciones. Valiente. Osada, decidida e inteligente. Sonia estaba sometida a los más estrambóticos ataques, incluyendo cuando caminaba por las calles o cuando viajaba al exterior.
Sonia fue dominicana y se sintió dominicana, y nadie puede negar que haya vivido como dominicana. Sin embargo, una parte del país la estigmatizaba y la consideraba haitiana. Los propios haitianos la consideraban dominicana y algunos hasta desconfiaban de sus intenciones. Una buena parte la entendía y la respetaba.
En el 2007 estuvo en acoso constante, por haber acudido a la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, y hubo hasta quienes trabajaron arduamente para despojarla de la nacionalidad dominicana.
La embajada de los Estados Unidos expresó este domingo su condolencia a los familiares y a los compañeros de labores de Sonia Pierre, al tiempo de recordar las frases con que fue reconocida por Hillary Clinton, quien la definió como una mujer coraje. También el gobierno de Haití se expresó dando su mensaje de condolencia a los familiares de Sonia Pierre.
Una gran mujer, valiente y audaz, que supo enfrentar la intolerancia de muchos dominicanos que entienden que las minorías no deben reclamar sus derechos, y menos si se trata de minorías haitianas que viven en la República Dominicana.
Acento desea expresar su pesar por este fallecimiento, que enluta la lucha por los derechos humanos en la República Dominicana, y que representa un duro golpe para el movimiento que reclama el reconocimiento de los derechos de los dominico-haitianos en el país.
Paz a sus restos y consuelo a su familia y a sus compañeras del MUDHA.