La economía de los Estados Unidos va muy bien. Ha alcanzado el pleno empleo, con un crecimiento de los mercados financieros, que increíblemente se han mantenido en alzas por un largo período de tiempo, y en particular después de la llegada de Donald Trump a la presidencia el 20 de enero del 2017.

Mientras la economía vaya bien, los norteamericanos no se alarmarán por más gritos, insultos y palabras obscenas que utilice su presidente a través de Twitter. La fortaleza de la economía parece consolidarse con la aprobación de la reforma fiscal impulsada por el presidente Donald Trump, que reduce los impuestos de un 35% a un 21% a las corporaciones.

El premio nobel de economía, Paul Krugman, ha escrito un artículo en The New York Times cuestionando la “cordura” y “genialidad” del presidente Trump, pero advirtiendo sobre los riesgos a los que se exponen los norteamericanos con un presidente como el que tienen:

“El presidente pasa las mañanas viendo televisión y tuiteando su enojo, ha sembrado el caos en cuanto a la capacidad del gobierno y su partido no quiere que sepas si es un agente trabajando a favor de alguien en el extranjero. Sin embargo, las bolsas están al alza, la economía está en auge y no hemos iniciado nuevas guerras”.

Mientras tanto, la República Dominicana mantiene una economía con factores de dependencia de los Estados Unidos que deberá tomar decisiones en relación con este auge norteamericano.

Habrpa que seguir haciendo esfuerzos para aumentar las exportaciones y reducir el déficit de la balanza comercial con los Estados Unidos. Importamos aproximadamente 18 mil millones de dólares al año y exportamos unos 6,500 millones. Tenemos un acuerdo de libre comercio con Centroamérica y Estados Unidos, pero no hemos aprovechado tanto esos acuerdos.

Estados Unidos está renunciando al acuerdo de libre comercio con América del Norte, que incluye a México y a Canadá. ¿Eso podría beneficiar a la República Dominicana? Si es así, que estamos dispuestos a hacer para que no nos consideren “piratas” y podamos sacar provecho para nuestras exportaciones.

Estados Unidos aprobó una reforma fiscal que podría perjudicar las inversiones norteamericanas en nuestro país. Los capitales estadounidenses podrían migrar en busca de las ventajas de la reducción impositiva. ¿Nosotros, qué hacemos para evitar que haya una fuga de capitales?

Estados Unidos está tomando medidas contra los inmigrantes. Hay posibilidad de que los llamados “dreamers” sean expulsados de los Estados Unidos. Son 800 mil en total, una gran parte de México, pero hay además unos 8 mil dominicanos ¿Qué hacen nuestras autoridades para proteger a los dreamers procedentes de República Dominicana?

La expulsión de migrantes en general también afectará a muchos dominicanos. Eso afectará seriamente las remesas que recibe el país cada año. Esas remesas reducen la pobreza, y son un alivio para la economía popular. ¿Podría el gobierno dominicano pensar en medidas que protejan y ayuden a los migrantes en riesgos de expulsión?

Estados Unidos está discutiendo eliminar las políticas migratorias que favorecen la reunificación familiar. República Dominicana es uno de los países más favorecidos por esas políticas y nos encontramos entre los países que mejor aprovechamiento han hecho de la reunificación familiar. Trump quiere migrantes anglosajones, con capacidad y méritos que él entiende los países del Caribe no tienen. Sus palabras sobre los haitianos, salvadores y africanos son muy duras. ¿Podría el gobierno dominicano hacer algo a favor de la reunificación familiar que tanto ha servido a los dominicanos para legalizar su estatus en Estados Unidos?

Las políticas de Trump podrían afectar el turismo norteamericano en la República Dominicana. Somos un país con riqueza, belleza, buen ambiente, trópico, calor, playas, arena blanca, montañas, y hemos dicho que deseamos aumentar a 10 millones los turistas que nos visiten por año. El departamento de Estado trumpiano acaba de hacer una advertencia a los ciudadanos norteamericanos que nos visitan, porque podrían correr riesgos haciendo turismo.

Ante estas amenazas, estos riesgos, ¿qué están haciendo nuestras autoridades designadas como diplomáticos, representantes, cónsules, en los Estados Unidos?

Ojalá tengamos ya alguna estrategia de protección y aprovechamiento.