El gobierno dominicano está obligado a producir una reflexión sobre quiénes son sus verdaderos amigos en el ámbito internacional.

La batalla por la obtención de la vacuna es apenas un referente para medir el grado de amistad entre un país y otro, y para determinar si la solidaridad realmente opera entre países grandes y países pequeños, como tradicionalmente se hace alarde en los encuentros bilaterales y en los foros mundiales.

La realidad es muy diferente si se compara el contexto de la pandemia que vivimos con cualquier otro momento previo en los conflictos mundiales.

Con Estados Unidos, por ejemplo, hemos mantenido relaciones bilaterales fluidas casi desde el nacimiento de la República Dominicana, luego de la guerra de Restauración. Estados Unidos ha sido nuestro aliado, pero al mismo tiempo nos ha intervenido en tres ocasiones, dos intervenciones militares y una intervención por vía de la incautación del sistema aduanal.

La gente dice con mucha claridad que los amigos se conocen en los momentos difíciles. Esta pandemia es un momento más que difícil

En los foros internacionales, en los organismos multilaterales, hemos sido socios y aliados y la República Dominicana casi siempre ha acompañado a Estados Unidos en todas las luchas mundiales que ha emprendido. Incluyendo la guerra de Irak, a principio de este siglo, a donde enviamos soldados dominicanos y nos colocamos a su servicio para justificar la intervención sin razón en un país soberano.

Nadie duda que Estados Unidos influye en la política interna dominicana, incluyendo los procesos electorales, y que en cada ocasión que República Dominicana ha querido ser parte de un equipo directivo, por ejemplo, de la OEA, de las Naciones Unidas, de la OMC, de la OMS o de cualquier cumbre importante, Estados Unidos, nuestro gran aliado, nos ha dado la espalda.

Excepcionalmente nos apoyó para que pudiéramos ser parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por dos años, y éramos en la práctica el único país fundador de las Naciones Unidas que no había pasado por esa posición. Y nuestro voto estuvo siempre al lado de los Estados Unidos.

Se alega que la gran migración dominicana en Estados Unidos es un fuerte vínculo que nos obliga a mantener los lazos de amistad y dependencia con los Estados Unidos. Sin embargo, pocas veces las políticas internas sobre temas migratorios favorecen a los dominicanos. Estados Unidos deporta millones de personas cada año, y miles de dominicanos son deportados sin ningún nivel de cooperación o comunicación con las autoridades dominicanas. Es un tema desigual.

La República Popular China, nacida en 1949 como resultado de un proceso revolucionario, mantiene relaciones políticas y comerciales con la República Dominicana desde 2018, como resultado de una decisión del gobierno dominicano, al romper sus relaciones con Taiwán. Por esa decisión, el gobierno de los Estados Unidos llamó a su embajadora en la República Dominicana, y se quejó de muchas formas por nuestra decisión, pese a que desde inicio de los años 70 del siglo pasado mantiene relaciones con China y le asignó la condición de nación más favorecida.

República Dominicana ha establecido distancia de China, ha indicado que las inversiones de China tienen áreas con restricciones en nuestro país. Sin embargo, China acaba de donarnos 55 mil vacunas, y acaba de vendernos 768 mil vacunas. Estados Unidos ni nos da vacunas ni nos las vende. En medio de esta tragedia universal el gobierno norteamericano sigue deportando ciudadanos dominicanos y exigiendo al gobierno cómo debe actuar frente a temas importantes vinculados con las nuevas tecnologías.

República Dominicana invierte millones de dólares para adquirir equipos que ayuden al control del tráfico de drogas. Detener drogas que tienen la vocación de cruzar la frontera con Estados Unidos. Los costos los paga la República Dominicana. Es una relación muy extraña, en la que cada país, y en este caso el nuestro, debe analizar quién es amigo y quién no lo es.

La gente dice con mucha claridad que los amigos se conocen en los momentos difíciles. Esta pandemia es un momento más que difícil. Estados Unidos está conminado a demostrar que es amigo de la República Dominicana.