El gobierno tiene urgencias de que el Congreso apruebe el paquete de reforma fiscal sometido por el presidente Leonel Fernández.

El gobierno no discutió previamente, no buscó consenso con el sector empresarial, para enviar este paquete de reformas. No tenía que hacerlo por obligación, pero en anteriores ocasiones había discutido los proyectos con grupos empresariales.

Luis Reyes, economista asesor del Ministerio de Economía y Planificación, dijo esta semana que la urgencia tenía fecha: no es posible pasar de este mes de junio sin aprobar la pieza que pretende recaudar por lo menos 9,500 millones de pesos.

El presidente de la Comisión de Hacienda del Senado dijo que en esa cámara se tratará de escuchar a todos los sectores, en vistas públicas y en discusiones con quienes deseen acudir al Congreso a debatir las reformas.

Esa intención choca con la premura del gobierno. ¿Y si después del Senado, la Cámara de Diputados reclama su autoridad y decide también convocar a debate? Habrá mucho tiempo de por medio y la urgencia del gobierno se irá a pique.

Digamos que son dos tiempos distintos. El del gobierno y el del Congreso Nacional. Muchos legisladores gobiernistas son simpatizantes de Danilo Medina, casi seguro candidato presidencial del PLD. Una forma de ayudar a Medina en sus aspiraciones es no aprobando la pieza de Leonel.

Si los congresistas desean jugar a la política le darían largas al proyecto. Y Leonel y el gobierno se quedarían esperando la ley para promulgarla. Eso podría ser mucho después de junio. Mientras más se tarda en darle la aprobación a la pieza, mayores serán los problemas del gobierno y del PLD.

Danilo no puede pretender que la pieza sea aprobada más cerca de las elecciones. Si se frustra esta pieza se pone en peligro el presupuesto nacional del 2011. Eso ha dicho el Fondo Monetario Internacional. Otro actor importante. Si se da larga a la pieza la economía podría descalabrarse.

Así las cosas, lo que aconsejan los gobiernistas es que se apure rápidamente el trago amargo de la reforma, para que la gente lo olvide con más rapidez. El sector financiero busca una negociación con el gobierno. Pero el FMI cree que no hay espacio para la negociación. El déficit del sector consolidado del gobierno es del 3% del PIB, y eso es mucho más de 50 mil millones de pesos.

No se puede jugar a la política cuando de por medio está en peligro la estabilidad económica. Si no hay acuerdo con el FMI no habrá posibilidad de colocar la emisión de bonos soberanos de 500 millones de dólares, para financiar el presupuesto del 2011, y no entrarán los recursos del BID y del Banco Mundial, así como los fondos del propio FMI.

Hay que sacar las elecciones de este tema. El Congreso no puede jugar a las escondidas, y menos los seguidores de Danilo Medina. Si no hay fondos para financiar el presupuesto del 2011 no habrá posibilidad de que el PLD brille en la campaña electoral.

Así las cosas, lo que se recomienda a los seguidores de Danilo, de Leonel y los otros que aspiran a que el PLD tenga un papel honorable en las elecciones, es que aprueben ese paquete.

El FMI ha dejado un compás de espera para dar el visto bueno a las revisiones quinta y sexta del acuerdo Stand By. Claro, la espera es para que el Congreso de su visto bueno al endurecimiento de las políticas fiscales oficiales. Nada más.