Agregar nuevos impuestos a los servicios de telecomunicaciones es una barbaridad. Es uno de los servicios de mayor impacto en la economía popular, y además es el servicio que más impuestos paga en la actualidad.
Tienen razón el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones, las prestadoras de servicios y los sectores que le han dicho que no a las intenciones del diputado Elpidio Ortega de imponer un impuesto fijo de 20 pesos mensuales a las facturas de servicios telefónicos para utilizar esos recursos en el sostenimiento de la línea de servicio 911.
Es al Estado que corresponde solventar ese servicio. Incluso es algo que podría pagar el propio Indotel con los fondos provenientes del 2 por ciento para el desarrollo de las telecomunicaciones. En este momento los servicios pagan un 30% de impuestos, algo que es excesivo y que contribuye con las restricciones en la prestación o solicitud de servicios.
Son muchos los desafíos que en comunicaciones tiene el país. El precio es y seguirá siendo vital, y si ahora aumentamos los impuestos, sería altamente nocivo para la sociedad, para las prestadoras y para las futuras inversiones en esta área.
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