La especulación no puede pasar como información. Una cifra, una lista, una palabra, una reunión o cualquier otro dato que pueda servirse como noticia tiene que sustentarse en documentos, grabaciones, testimonios o la existencia de una fuente que lo confirme, pese a conservar su anonimato. No es lo que ha ocurrido con la lista de Odebrecht divulgada este lunes en la mañana.

Como ejemplo en la historia del periodismo se puede citar el caso de Garganta Profunda, emblemático en las investigaciones de los periodistas Carl Bernstein y Bob Woodward, quienes guardaron por 33 años el anonimato de Deep Throat, William Mark Felt, agente del FBI quien se autoidentificó en mayo del 2005 como el confidente de los periodistas del Washington Post, en el caso Watergate.

Otro ejemplo local más cercano, es el de Quirino. Cuando Quirino Ernesto Paulino Castillo fue extraditado a los Estados Unidos, acusado de traficar toneladas de cocaína hacia ese país, desde la República Dominicana, se habló de que su confesión incluía la lista de las personas que habían sido sus cómplices en el territorio dominicano. Se dijo que a Quirino hubo que mandarlo a callar de tantas confesiones que hizo, y que habría denunciado a todos sus aliados.

En el 2005 y los años siguientes se habló con frecuencia de una lista de socios de Quirino, integrada por altos jerarcas militares, políticos, congresistas y otros personajes de la farándula. Se hicieron especulaciones y se adelantaron, confidencialmente, nombres de los supuestos integrantes de esa lista. Todo quedó en una nebulosa y, salvo la mención de Quirino de sus acuerdos con Leonel Fernández, en el 2015, nadie más fue mencionado.

Ahora, con el caso Odebrecht, es diferente. Hay una lista de funcionarios y legisladores que desarrollaron negocios con los contratos de esa empresa, y ella misma dijo que habría entregado 92 millones de dólares en sobornos, a través de una persona, que era quien tenía los acuerdos con los demás sobornados.

Odebrecht firmó un acuerdo para entregar esa lista de personas a la Procuraduría General de la República. El Procurador General Jean Alain Rodríguez dice que sí, que recibió la lista y otros documentos.

El Procurador General de Brasil, Rodrigo Janot, firmó un acuerdo con Jean Alain Rodríguez para entregar los documentos oficiales que tiene Brasil sobre los sobornados dominicanos. Esa lista también llegó a las autoridades dominicanas. Los fiscales del país estudian y traducen en estos momentos los papeles donde se nombran las personas implicadas. Todo el mundo sospecha que son personas con poder, con mucha influencia política y con abolengo y dinero.

La Marcha Verde ha pedido que se de a conocer la lista, que el Procurador General no debe seguir escondiendo los nombres de los corruptos. Que el Presidente Medina obstaculiza la justicia al evitar que se conozcan los nombres. Por dos vías distintas, este lunes se ha dado a conocer una lista de personas que serían los mencionados por las autoridades de Brasil y por Odebrecht. La fuente se desconoce, pero cuando se publican nombres y se les atribuyen actos de soborno o corrupción, es violatorio de la ley 6132, sobre expresión y difusión del pensamiento, y quien hace la publicación corre el riesgo de ir a los tribunales.

El público quiene conocer los nombres de los sobornados. Y reclama que se diga pronto quiénes integran esa lista, que está en manos del Ministerio Público. Aún el Procurador no está preparado para que se conozca oficialmente los nombres de quienes serán sometidos judicialmente. Es lo que ha prometido.

¿De dónde surge la lista no oficial publicada? No se sabe. Las autoridades solo dijeron que no han dado a conocer ninguna lista. No dijeron que las personas incluidas allí sean inocentes. Estamos ante la posibilidad de un globo de ensayo, con muchos riesgos, y ante un posible ablandamiento de los ciudadanos, incluidos los mencionados, así como el probable encubrimiento de otros que -por razones muy especiales- no sean incluidos por la Procuraduría General, pese a tener responsabilidad.

La lista entregada por los fiscales de Brasil y por Odebrecht, si se va a dar a conocer, tiene que publicarse sin exclusiones. Es posible que en la PGR o en el Palacio Nacional alguien albergue la esperanza de que algunos allegados, muy próximos al poder, pudieran ser ocultados y no procesados por la recepción de sobornos. Eso es muy peligroso.

Las listas inventadas a priori, antes de que oficialmente hable la PRG, son muy peligrosas. Alimentan el morbo, pero generan injusticias incalificables y sirven para monitorear reacciones posibles en la sociedad, que sigue muy atenta. Una sociedad alerta y despierta es el mejor antídoto contra los señuelos.