El discurso de Danilo Medina del lunes en la noche cambió el panorama político radicalmente. Tanto en el Partido de la Liberación Dominicana como en los partidos de oposición deben repensar las estrategias. Danilo Medina ya no debe ser considerado un competidor en la contienda electoral, sino un factor de peso, porque tiene un liderazgo mayoritario en las estructuras del partido en el gobierno, y porque es presidente de la República.

El discurso del presidente fue conciso, de apenas 12 minutos, y explícito al dejar claro, sin afirmarlo directamente, que no se produciría el cambio en la Constitución del que todo el mundo hablaba. Dijo que mantuvo su promesa de no volver a intentar una nueva reelección, pese a que muchos sectores lo animaron a ello. Dijo que lo pensó, pero que prefirió la vía institucional y respetuosa de los mecanismos democráticos.

Se quejó de Leonel Fernández y sus seguidores, a quienes definió como un sector minoritario del PLD, por haber realizado una oposición irracional, irresponsable e irreflexiva contra él, su gobierno y el PLD. Exhortó que para el 2020 haya una campaña limpia, transparente y democrática, y que haya sangre nueva en la política y en las ofertas electorales.

Danilo Medina no lo dijo, pero algunos le atribuyen fines vengativos con quienes le han hecho la vida imposible a su gobierno, que no son de la oposición, sino del PLD. Eso quiere decir que Danilo no brindará apoyo a Leonel en caso de que se convierta en candidato, y que primero hará todo cuanto esté a su alcance para que uno de los aspirantes que han sido funcionarios de esta administración reciba el apoyo que necesite para derrotar al ex presidente en la contienda interna del PLD.

Otros más optimistas, creen que Danilo y Leonel están obligados a una alianza para mantener el gobierno, para salvar el empleo de más de 300 mil peledeistas, y para evitar las contingencias judiciales que pudieran presentarse en caso de que alguien que no sea del PLD ganara las elecciones presidenciales del 2020.

Son posibilidades, sin embargo, si antes no hubo posibilidad de acuerdo, y las tensiones han llegado tan lejos, lo más lógico es que -impedido Danilo de quitar el impedimento de por vida que tiene en la Constitución- trate de cobrárselo políticamente a Leonel, que está señalado como quien trabajó para que ese impedimento constara en la Constitución.

Danilo se ha crecido política e institucionalmente, por renunciar a postularse, como lo hizo Leonel Fernández en 2012. Son historias parecidas, pero le tocará un descenso en su imagen y popularidad y comenzará a notar algunas deserciones en sus filas, como ya las vivió terriblemente Leonel Fernández. Las lealtades en estos casos tienen canillas largas, y alguna gente se va rápidamente hacia el lado que huele a poder. Si Leonel huele a poder, ya veremos que sus filas comienzan a engordar.

Le toca al PLD cobrar la normalidad. El Comité Político deberá reiniciar su ciclo de reuniones, y lo mismo deberá hacer el Comité Central. Las decisiones que está obligado a tomar ese partido, para cumplir con la ley electoral, le obligan a ello. Seremos testigos de cómo se realizan esas reuniones y cómo se prepara la agenda, después de tantas agresiones y desavenencias. Es un tema difícil, pero Leonel y Danilo están obligados a reencontrarse, aunque los enconos estén vivos en ambos lados.

Leonel y Danilo son los responsables de recomponer el PLD. Si eso no es posible, en ese partido pasarán momentos muy difíciles.