El presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas Maldonado, remitió un documento crítico del decreto 250-14, del presidente de la República, Danilo Medina, mediante el cual dio a conocer la autorización del Poder Ejecutivo del reglamento de aplicación de la Ley 169-14, para la naturalización y régimen especial para nacidos en la RD inscritos irregularmente en el registro civil.

Como corresponde, el Poder Ejecutivo dio a conocer la propuesta de reglamento con antelación, y brindó un tiempo para que quienes quisieran hacer aportes de modificaciones lo hicieran. Ese plazo fue desde el 5 de julio hasta el 18 de julio del 2014. En total 10 días hábiles para hacer sugerencias.

El PRD y Miguel Vargas no estaban en eso. Dejaron pasar el plazo. El presidente promulgó el reglamento la tarde del 23 de julio, mediante el decreto 250-14, acogiendo algunas sugerencias y observando que estuviese de acuerdo con la ley, con la Constitución y con otras disposiciones legales dominicanas.

El 4 de agosto, más de dos semanas después de que se emitiera el decreto, Miguel Vargas Maldonado remite al presidente Medina sugerencias para que el decreto sea modificado, en cuanto a la aplicación de la ley 169-14.

La cuestión es que se trata de la única entidad política, aparentemente opositora, que comparece al Palacio Nacional a llevar sugerencias fuera de tiempo sobre el reglamento, y a la que le prestan la sala de prensa Orlando Martínez para que se pronuncie en contra del reglamento y del decreto del presidente de la República.

Estamos en una situación absurda, por completo, y ante una realidad que jamás habíamos observado: El gobierno le da cancha abierta a la oposición para que critique las disposiciones presidenciales, en el mismo palacio de gobierno.

Esa disposición del gobierno, más una celebración reciente de los ultranacionalistas, dejan la brecha para que el presidente Danilo Medina se desdiga y modifique el decreto presidencial que la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo dio a conocer la tarde del 23 de julio.

Si las cosas van en esa dirección, el daño a la imagen del presidente sería enorme, para permitir la recuperación de la imagen de los ultranacionalistas, encabezados por Marino Vinicio Castillo, quienes han dicho todas las barbaridades y descalificaciones al honor del gobierno, del presidente y del ministro de la presidencia, Gustavo Montalvo.

Si algo así ocurriera, que pensamos sería una verdadera insensatez del gobierno del presidente Medina, habría que sumarle un gran triunfo político a Leonel Fernández, quien le estaría jugando algunas bases a los dirigentes del grupúsculo llamado FNP, porque nadie más que el ex presidente podría convencer al presidente Medina de hacerse un harakiri político de esta dimensión.

De todos modos, esto no es más que una especulación sustentada en el buen tratamiento que le han dado al rechazo de Miguel Vargas al reglamento de la ley 169-14.