Las elecciones de febrero y mayo involucran muchos intereses. Políticos, económicos, religiosos y hasta intereses sectoriales, regionales. Los programas de gobierno local y general se están divulgando y poco a poco van calando en la conciencia de los votantes.

El tema religioso ha salido a la luz por la embestida de pastores evangélicos, de la llamada Batalla de la Fe, que presiden Ezequiel Molina y su hijo del mismo nombre, contra la candidata a senadora de una amplia alianza de partidos políticos que encabeza el Partido Revolucionario Moderno, Faride Raful.

El llamado ha despertado sorpresa e ira a la vez en quienes entienden que la religión debe quedarse al margen de la política. El pastor evangélico Ezequiel Molina y su hijo del mismo nombre han identificado directamente a Faride Raful y han llamado a votar en su contra, supuestamente porque Faride es partidaria de aprobar el aborto en el Código Penal Dominicano.

El argumento es débil. Son muchos los simpatizantes de que se acojan las tres causales en el Código Penal Dominicano, incluyendo al presidente Danilo Medina, quien en dos ocasiones ha devuelto el Código Penal aprobado por los diputados y senadores sin las tres causales, y ha pedido que las tres causales para la interrupción voluntaria del embarazo sean incluidas en el Código.

Una gran parte del país ha brindado apoyo a la postura del presidente Danilo Medina, incluyendo a políticos y legisladores de otras corrientes que no son del Partido de la Liberación Dominicana. El adversario de Faride Raful en las elecciones, porque es el candidato a senador por el PLD en el Distrito Nacional, Rafael Paz, rechaza las tres causales, contrario a la postura del presidente Danilo Medina.

Presentar a Faride como una candidata del mal, y del demonio, y enemiga de la fe cristiana, es una aberración y un recurso ya gastado que se utilizó contra varios políticos en el pasado, incluyendo a Juan Bosch y a José Francisco Peña Gómez. Volver con ese recurso es un descaro y una bajeza, y al mismo tiempo convierte al adversario de Faride Raful en un oportunista que aprovecha una mentira o una manipulación para tratar de sacar ventajas en las elecciones de mayo.

La campaña electoral debe hacerse con criterio de honestidad y de apego a la verdad. Esa ha sido la petición de la Carta Pastoral última de la Conferencia del Episcopado Dominicano. Se le hace un gran daño a los cristianos que tienen la verdad como una fuente de libertad, cuando se entroniza una mentira como si se tratara de un dogma de fe. Faride Raful tiene derecho a que se le rete al debate, a que se escuche su punto de vista, y no a que se le quiera guillotinar anticipadamente, con distorsiones y malabarismos, disfrazados de evangelismo. Si Rafael Paz desea debatir ese tema, que aproveche los debates que vienen en camino con Faride Raful y proponga el tema.

Los ciudadanos votantes del Distrito Nacional tendrán la oportunidad de analizar y decidir quién es más auténtico y decidido en la defensa de los intereses colectivos, si los que ahora intentan presentar una mentira como verdad o los que son sinceros y exponen con claridad sus ideas, como bien ha hecho el presidente Danilo Medina con el tema de las tres causales.