Han transcurrido cuatro meses desde que el gobierno de los Estados Unidos impuso una veda contra 18 productos agrícolas de la República Dominicana, por la existencia de la llamada mosca del mediterráneo. Aunque la medida fue suavizada posteriormente, con el caso de los aguacates Hass, el efecto nocivo sobre la producción agrícola y las exportaciones ha sido terrible.
Se sabe que la infección se encuentra en la zona de Punta Cana, en donde penetró algún tipo de mango procedente de Perú, que tiene la mosca como una parte ya endémica y, por supuesto, tiene cerrado una parte de los mercados mundiales como consecuencia de esa realidad.
En apenas cuatro meses los agricultores dominicanos de vegetales, lechosa, mangos, aguacates, ajíes, y varios productores más, han tenido pérdidas por alrededor de 300 millones de dólares. Por lo menos han dejado de ingresar esa cantidad de dinero en moneda fuerte, y han tenido que vender su producción en el mercado local a precios deprimidos o a otros mercados que han aprovechado la desventaja para adquirir productos de calidad a precios de vacas muertas.
Alexander Peña, reportero de Acento y un equipo gráfico de Acento.com.do, han producido un reportaje que hemos publicado este lunes sobre lo que está ocurriendo con los efectos dañinos de la mosca del mediterráneo. Ha sido una tragedia para sectores exportadores, como el tomate o la lechosa y el mango, que estaban en proceso de consolidar mercados como el de los Estados Unidos y Canadá.
A la veda establecida por los Estados Unidos le siguió una restricción casi generalizada en el mercado mundial. Y eso también ha tenido efectos negativos sobre otros productos agrícolas procedentes de la República Dominicana, como el banano y los aguacates. Fueron 18 los productos incluidos en la lista de la veda.
Los testimonios que ofrecen los productores agrícolas son terribles. Y las acciones del gobierno no dejan dudas de que ha habido interés en hacerle frente al problema, con una inversión de aproximadamente 400 millones de pesos para reducir a la mínima expresión y erradicar la mosca infecciosa.
Lo lamentable, y lo que da mucha tristeza, es que los funcionarios del gobierno no hicieron caso a todas las advertencias que se hicieron con suficiente tiempo de parte del gobierno de los Estados Unidos. Antes de que se anunciara la decisión, el departamento de Agricultura de los Estados Unidos notificó por múltiples vías la existencia del problema a las autoridades dominicanas, y nunca quisieron hacer caso.
Lo peor: hay historias que dan cuenta que los funcionarios del área agrícola se negaban a recibir a los funcionarios norteamericanos que estaban notificando la existencia de la Mosca del Mediterráneo. Todo el mundo sabe que el gobierno de los Estados Unidos tiene acceso a información sofisticada de muchos de los problemas dominicanos, y en particular aquellos relacionados con los productos de exportación. Si las autoridades no hicieron caso a las advertencias son ellas ahora las responsables de la tragedia que afecta al sector exportador y al daño irreparable que ha provocado esta mosca a la producción agrícola y a las exportaciones hacia Estados Unidos y Canadá.
Otros mercados menos exigentes, como el ruso, intentaron explorar la compra de productos dominicanos rechazados por los Estados Unidos. Pero hay un problema de distancia y de transporte, y de costo. Debemos aumentar nuestra eficiencia para alcanzar mercados tan lejanos como el ruso o el oriental, con lo cual también confrontaríamos el problema del volumen.
Recomendamos la lectura de este reportaje de Acento, y estimulamos a las autoridades a tomar la lección que ha dejado esta experiencia: Si las autoridades de Estados Unidos advirtieron con tiempo que debíamos comenzar a hacer frente a la entrada de la mosca, no era posible andarse con prepotencia ni burocratismo. Los ministros dominicanos se creen superpoderosos y entienden que cualquier intento de un embajador por reunirse con ellos o tratar algún problema común es una forma de importunar, y rechazan hablar con los representantes de los países. Esos países nos trae turistas, compran nuestros productos exportables, tienen inversiones en la República Dominicana, y hasta tienen población numerosa procedente de la República Dominicana.
Que aprendan la lección. Lamentablemente tampoco hay nadie que investigue y haga pagar las irresponsabilidades a quienes han sido culpables, por desinterés y falta de atención, de esta tragedia.