Luego de varios años de denuncia en Brasil y en los Estados Unidos, por el soborno confirmado de más de 3 millones de dólares a funcionarios de la República Dominicana, por haber favorecido la compra de 8 aviones brasileños Super Tucanos de la empresa Embraer….

Luego de la destitución de por lo menos seis funcionarios brasileños de la empresa Embraer, que fueron sometidos a la justicia por practica de soborno en el mercado internacional de aviones, y que además tuvieron que ir a prisión…

Luego de que la Comisión de Valores de los Estados Unidos denunciara y pusiera en virtual sanción a la empresa Embraer, por los sobornos pagados en la República Dominicana para la compra de aviones brasileños en un precio muy superior (93 millones de dólares) a una oferta de los Estados Unidos de 8 aviones (25 millones de dólares)…

Luego de que los diarios The Wall Street Journal y The New York Times publicaran numerosos reportajes con datos, nombres y explicaciones sobre el soborno por la compra de aviones brasileños en la República Dominicana, quedando en serio desprestigio el Ministerio Público y la justicia dominicana…

Luego de que Embraer, empresa brasileña que vendió los aviones a la República Dominicana, diera todas las explicaciones que exigió la Comisión de Valores de los Estados Unidos, y luego de hacer reservas de las multas previsibles de por lo menos 200 millones de dólares por haber cometido fraude en la venta de los aviones…

Luego de que los accionistas de Embraer fueran advertidos del serio problema en que quedarían por la posible baja del valor de sus acciones por este fraude con funcionarios de la República Dominicana….

Luego de que el Procurador General de la República, Francisco Domínguez Brito, explicara hace más de dos años que se estaría haciendo una investigación sobre estos hechos, y que los nombres ni las acciones que estaban en marcha se podrían decir para no entorpecer la investigación…

Luego que se ofrecieran los testimonios de que el caso no esperaba otra cosa que una sanción fuerte de la SEC contra la empresa Embraer, porque ella participa y se cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York, el Ministerio Público de la República Dominicana ofrece las primeras informaciones sobre decisiones en justicia.

Laura Guerrero Pelletier, directora de la Procuraduría Especial de Persecución de la Corrupción Administrativa (PEPCA), dijo que el país recibió miles de legajos entregados por Brasil con datos que involucran a militares y empresarios dominicanos en la recepción del soborno.

Reveló que el soborno comprobado fue de 3.5 millones de dólares y que los involucrados dominicanos son el ex ministro de Defensa Pedro Rafael Peña Antonio, el coronel Carlos Piccini, y los empresarios Daniel Aquino Hernández, Daniel Aquino Méndez, Arturo Balaguer, Santos Rojas, entre otros, que se prestaron, de formas distintas, para la recepción de los fondos del soborno.

Este es también un caso emblemático de la corrupción en la administración pública durante el gobierno del doctor Leonel Fernández. Están involucrados militares, empresarios, senadores, diputados, ministros y otros altísimos tomadores de decisiones. El Ministerio Público no ha querido revelar todos los documentos, ni los nombres de todos los implicados. Sus razones tendrá, y ojalá que no sean de índole político.

La administración pública dominicana tiene que adecentarse. Los funcionarios deben saber que existen consecuencias cuando se recibe dinero como soborno por la compra de cualquier producto o servicio, sean aviones o asesorías.

Estados Unidos, que presentó una oferta al gobierno dominicano de 10 aviones por 25 millones de dólares, se sintió afectado por el soborno. La Comisión de la Reserva Federal actuó presionando a Embraer, pero el en el fondo había una queja por un mal negocio: República Dominicana compró 8 aviones tucanos por 93 millones de dólares.

Y la sospecha generalizada era que con esa compra había un gran soborno de por medio. Alguna gente honesta y precavida se alejó de los negociantes que vendían o compraban. Y el Congreso Nacional designó una comisión bicameral para estudiar el préstamo y la compra. Y finalmente el gobierno terminó comprando, pese a la advertencia del presidente del Senado de entonces, Reinaldo Pared, a los compresistas: “Si me entero que en esta compra hay soborno, tengan la seguridad de que yo mismo seré quien los someta a la justicia a todos ustedes”. Y así no se hizo.