El Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes, más conocido como PISA, que desarrolla la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), ha resultado fallido para la República Dominicana.

Aparecemos en el último lugar en las pruebas de matemáticas, ciencias y lectura, y en general nuestros estudiantes, más de cuatro mil que fueron evaluados, en un 70.7% tienen bajo rendimiento.

Países como México y Perú se encuentran por encima de la República Dominicana, pero antes estaban en las mismas condiciones que nosotros, cuando decidieron se parte de estas pruebas que evalúan la calidad de la educación en diferentes países del mundo.

Singapur, Japón y Estonia están en los primeros tres lugares. Kosovo, Argelia y República Dominicana están en los tres últimos lugares, con una distancia significativa entre Argelia y República Dominicana, muy en desventaja para nosotros.

El resultado de esta evaluación es lo que cosechamos por muchos años de baja inversión en educación. No es atribuible este resultado a la inversión en educación que se está haciendo desde el 2013, cuando inició el 4% del PIB para la educación.

Los cambios en el modelo educativo, y más en la calidad del sistema, tienen un proceso de inserción, que lleva años. Los resultados de la inversión actual se verán unos años más adelante. Por tanto, no hay que darse golpes en el pecho, ni abominar ahora de la inversión que se hace en educación.

Hay que agradecer la honestidad de las actuales autoridades, y la valentía, de someterse a una evaluación rigurosa, compitiendo con países muy desarrollados y con sistemas educativos afincados y probados hasta la saciedad.

Agradezcamos que ya tenemos una evaluación de la calidad de nuestra enseñanza, que nos debe servir para mejorar, para desarrollar planes dirigidos a superar estas dificultades. El Ministerio de Educación debe tomar estas pruebas, con sus resultados, y buscar la manera de superar los escollos para avanzar más rápidamente de lo esperado. Y que dentro de tres años podamos comenzar a cantar victorias.

Esta es una reflexión positiva de un resultado negativo que nos aporta PISA 2015. Este instrumento es válido y debemos insistir en que se nos evalúe en el 2019. Comenzar ahora con una autoflagelación, y a condenar los esfuerzos de inversión en educación no beneficia el esfuerzo que hacen maestros y maestras, estudiantes y las propias autoridades del sistema educativo.

Sabemos que es posible avanzar, y que eso haremos, pero necesitamos dar tiempo a la inversión que se está haciendo ahora.