Desde el domingo se ha comenzado a divulgar información sobre operaciones financieras realizadas por empresas offshore en Panamá, en una lista trabajada por una oficina de abogados, y que pone en evidencia que una gran parte de los líderes mundiales, deportistas, artistas, reyes, jefes de gobierno, por lo menos intentan ocultar parte de sus finanzas a través de empresas que escurren el pago de los impuestos en sus respectivos países, mínimo, o que resultan enmascaradas en nombres de testaferros.

Es lo que se ha conocido como Los Papeles de Panamá, y que forman parte de por lo menos 11.5 millones de operaciones financieras facilitadas por la oficina de abogados Mossack Fonseca, y que ha servido a los presidentes de Rusia, China, al Rey Emérito de España, al primer Ministro de Inglaterra, al presidente Mauricio Macri de Argentina, a Lionel Messi, entre muchos otros, disimular fondos y operaciones, que bien su origen podría ser legal, pero sobre los que hay que pagar impuestos en sus respectivos países, y que al colocarlos de forma oculta plantean muchas interrogantes sobre la legalidad de los fondos.

Por ejemplo, las operaciones registradas alrededor del presidente de Rusia, Vladimir Putin, entre amigos y allegados políticos, son de alrededor de 2 mil millones de dólares. El escándalo es mundial, y se supone que debe crear muchas gestiones en cada uno de los países involucrados, para poner las cosas claras.

El Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación aparece como responsable del manejo y revelación de los datos. Tienen documentos originales y por más esfuerzos que se haga para desmentir los datos resulta imposible. Rusia lo ha negado de forma airada. Pero los datos están a manos y han sido estudiados y divulgados por cientos de periodistas en todas partes del mundo.

Es una operación periodística sin precedente, salvo las revelaciones de Wikileaks con los datos del Departamento de Estado de Estados Unidos.

No hay un medio de comunicación responsable de estas revelaciones en todo el mundo. Quien da los datos, quien escribe la escritora es un centro que está integrado por periodistas de muchos países. No hay lugar para esconderse, como diría el periodista Glenn Greenwald, ganador del  premio Pulitzer por las revelaciones de Edward Snowden, en un libro que retrata la forma en que Estados Unidos espía a todo el mundo en la Internet.

Con estas revelaciones del Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación se pone el evidencia de qué manera, tan audaz, el periodismo contribuye a la transparencia y a evitar que existan vacas sagradas en materia de información. ¿Cuáles serán las consecuencias de estas revelaciones? Aún se desconocen, pero está claro que quienes quieran guardar fortunas amparados en paraísos fiscales y en el uso de testaferros no las tienen todas consigo. Ya no se trata de los medios de comunicación, sino de los periodistas, que han asumido un protagonismo insospechado en búsqueda de la transparencia, como una vez lo hizo el director de Wikileaks, Julián Assange.

El protagonismo de los periodistas es algo que hay que celebrar. Cada día más las empresas periodísticas están más limitadas en su trabajo de escarbar y ayudar a fortalecer la transparencia y la democracia. Salvo escasas excepciones, lo que ha ocurrido es que el periodismo corporativo ha ido perdiendo parte de su esencia. En su lugar vienen ahora periodistas de muchos lugares a denunciar lo que resulta incómodo para muchos medios.

Hoy, que es el día del periodismo en la República Dominicana, este tema cobra más importancia, debido a que la reflexión corresponde hacerla a los periodistas dominicanos respecto del rol que les toca desempeñar en aras de la transparencia y el fortalecimiento democrático de nuestra sociedad.